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Mostrando las entradas de febrero, 2024

EL MINISTERIO LO ES TODO - Apreciando el Ministerio - Segunda Parte

  Gozosos del Ministerio Jesús mismo enfatiza con palabras sumamente poderosas este punto en Lucas 10:20. Jesús había enviado a seis docenas de «otros», además de los doce discípulos, «delante de Él, a toda ciudad y lugar adonde Él había de ir» (Lc 10:1). Encomendó a estos setenta y dos con solemnidad, advirtiéndoles del rechazo y de ser «como corderos en medio de lobos» (Lc 10:2-16). Sin embargo, su ejercicio de adiestramiento resultó mucho más fructífero de lo que podían prever, y quedaron encantados. Regresan con gozo, exclamando: «Señor, hasta los demonios se nos sujetan en Tu nombre» (Lc 10:17). Jesús, el maestro, aprovecha la importancia de este momento. Aquí hay una oportunidad de dejar una impresión para toda la vida y para toda la era de la iglesia. Ciertamente, no es malo regocijarse en los frutos del ministerio, hallar gozo en lo que el Dios Todopoderoso escoge por gracia realizar a través de Su pueblo en la vida de los demás, ya sea predicando y enseñando, u ofreciendo agua

EL MINISTERIO LO ES TODO - Apreciando el Ministerio - Primera Parte

Ray Ortlund Jr. cuenta la historia de las últimas palabras de su padre para él. Ray y su esposa estaban en el extranjero el 22 de julio de 2007, cuando Ray padre se despertó en su habitación del hospital de Newport Beach, California, y se dio cuenta de que ese día sería el último. El resto de la familia se reunió para leer las Escrituras y cantar. Luego, el moribundo patriarca recorrió la habitación dirigiéndose a sus seres queridos con bendiciones y amonestaciones finales. «Bud» no estaba en la habitación, así que Ray padre dejó estas memorables y hermosas últimas palabras para el hijo que le había seguido en el ministerio a tiempo completo. Durante dos décadas, a partir de finales de los cincuenta, Ray padre había sido pastor de la Iglesia Congregacional de Lake Avenue en Pasadena, donde había pastoreado a un joven seminarista llamado John Piper y le había convencido de que, a pesar de las discusiones de finales de los sesenta, la iglesia local tenía futuro, y siempre lo tendría. El