Amadas lectoras, queridas hermanas y amigas, La Gracia de
Dios sea con su vida. En esta ocasión estaré publicando un breve estudio sobre
los dones que Dios nos ha dado y su importancia. Es mi oración que sea de bendición.
Aunque estemos cansadas por alguna situación, les animo a
seguir adelante y a seguir poniendo sus dones al Servicio de Dios y al servicio
de los demás. Veamos algunas definiciones y luego un breve estudio.
¿Qué es un Don?
Según el Diccionario de Oxford Languages
El don es una dádiva,
regalo o presente (material o inmaterial), en especial el que un ser superior
hace a alguien. Dios mismo es el mejor don de amor y creación. El don es una cualidad
o habilidad que alguien posee.
Los dones espirituales son bendiciones o
capacidades que Dios da a Sus hijos mediante el poder del
Espíritu Santo. Los dones del Espíritu se dan para bendición y beneficio de
quienes aman al Señor y procuran guardar Sus mandamientos
¿Qué es el valor de la enseñanza como un don?
Dios ha dado a los creyentes dones espirituales para el
bien común del Cuerpo de Cristo. Y la enseñanza es un don esencial para los
líderes de la iglesia, para las mujeres y maestras que ensenan a otras mujeres,
a niños y jóvenes, quienes deben ser capaces de exhortar y corregir cuando se
aferran firmemente a la Palabra de Dios (Ef
4.11-13). Sin embargo, esta habilidad dada por Dios no se limita
a las autoridades. Otros miembros de una comunidad de creyentes también están
dotados de esta competencia y son responsables de usarla con fidelidad.
El don de la enseñanza no se caracteriza solo por la
capacidad de hablar con elocuencia, pues hay quienes suenan bien, pero están
difundiendo mentiras. Los verdaderos maestros combinan la buena comunicación
con un estudio cuidadoso de la Biblia. De hecho, se deleitan en profundizar su
comprensión de la Palabra de Dios, y anhelan compartir lo que han aprendido.
Tales cristianos son organizados y analíticos en sus pensamientos, así como
minuciosos y precisos en sus explicaciones de las Sagradas Escrituras.
Si Dios nos ha regalado uno o dos dones, en algunos casos
tres dones, debemos organizarnos, dar gracias a Dios, glorificar a Dios por esa
dadiva, orar y poner por obra esos dones, para Su Gloria y para servir a otros
para la edificación del ministerio y también para bendecir en lo secular en
caso de nosotras estar en el campo laboral.
Evelyn Calcaño Cepeda
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