Para nuestro estudio de hoy, leamos (Mr 7:24-30) "Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y Sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama."
"Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro
y de Sidón"
Después de una fuerte controversia con los fariseos y
los escribas, Jesús salió de Galilea y se fue más allá de sus fronteras, a
tierras gentiles en la región de Tiro y de Sidón, en Fenicia, un país que
ocupaba el litoral mediterráneo entre los montes del Líbano y el mar.
En las semanas siguientes, el Señor pasó bastante
tiempo fuera del territorio de Israel. Primero en Fenicia (Mr 7:24), luego en
Decápolis (Mr 7:31), y
finalmente en Cesarea de Filipo (Mr 8:27). Este
periodo resultó en un ministerio muy fructífero entre sus discípulos, que
llegaron a reconocerle como "el Cristo" (Mr 8:29). A partir
de ese momento, el Señor tomó el camino que le llevaría hasta Jerusalén y allí
a la Cruz.
¿Por qué fue Jesús a la región de Tiro y Sidón?
De su visita a aquellos lugares, Marcos sólo recoge la
curación de la hija endemoniada de la mujer Sirofenicia, y aunque seguramente
el Señor tuvo más oportunidades de mostrar su misericordia y ministrarles la
Palabra de Dios, sin embargo, parece que el propósito principal del evangelista
es mostrarnos el interés del Señor por atender con calma a la formación de sus
discípulos y tener un tiempo de descanso con ellos.
Por otro lado, no debemos olvidar el clima de
oposición que se respiraba en Galilea contra Jesús. Hacía tiempo que los
líderes religiosos lo habían marcado como pecador y habían decidido destruirlo
porque quebrantaba sus tradiciones y no se sujetaba a su autoridad. Tal vez, en
medio de estas circunstancias, salir del país era una decisión acertada que
evitaría un desenlace precipitado, antes de que sus discípulos hubieran logrado
entender quién era realmente Jesús y el significado de su obra en la Cruz.
Pero viendo el contexto anterior, debemos notar
también que Jesús se fue a Tiro y Sidón inmediatamente después de haber estado
enseñando acerca de la limpieza de todos los alimentos (Mr 7:18-19). Esta
distinción entre alimentos limpios e inmundos, era una de las razones
fundamentales que impedían el trato entre judíos y gentiles. Cuando Dios hizo
estas prohibiciones en la ley, tenía como propósito separar a Israel de las
naciones paganas a su alrededor, y sin duda, la prohibición de comer de ciertos
alimentos, dificultaría notablemente el trato social entre ambos pueblos. Por
lo tanto, cuando en el pasaje anterior Jesús enseñó que todos los alimentos
eran limpios, estaba eliminando también las barreras entre judíos y gentiles.
Por supuesto, como ya explicamos en la lección anterior, esto no era algo que
iba a ocurrir inmediatamente, sino que tendría que esperar a que Cristo
realizara la obra de la Cruz y fuera anunciado el evangelio a los judíos. Y más
tarde, ante el reiterado rechazo de los judíos a su Mesías, entonces sí que el
evangelio sería llevado a los gentiles. Esto tuvo lugar por primera vez en casa
de Cornelio (Hch 10), y curiosamente, Dios tuvo que
repetir a Pedro ciertas verdades que ya se desprendían claramente de estos
pasajes que estudiamos: que Dios había limpiado todos los alimentos (Hch 10:15), y que por
lo tanto, también podía entrar en la casa de un extranjero (Hch 10:28). Entonces,
podemos decir que otro de los propósitos de Jesús al ir a la región de Tiro y
Sidón era el de ilustrar de forma práctica las implicaciones de lo que acababa
de decir, preparando así a sus discípulos para su ministerio futuro en relación
con los gentiles. Aunque esto sólo podría comenzar una vez que los judíos se
hubieran "saciado", lo que parecía que ya estaba empezando a ocurrir
tal como manifestaba el creciente rechazo hacia Jesús.
"Una mujer, cuya hija tenía un espíritu
inmundo... le rogaba"
El evangelista nos dice que el Señor intentaba pasar
desapercibido en aquella región. La razón para que el Señor no quisiera que se
supiera de su estancia allí, tendría que ver seguramente con su propósito de
descansar e instruir a sus discípulos lejos del agobio constante de las
multitudes. Pero también, por que como más adelante va a señalar, no había
llegado todavía el tiempo de abrir plenamente la puerta a los gentiles en tanto
que los judíos no se hubieran saciado.
Sin embargo, todos sus esfuerzos por esconderse
resultaron inútiles, porque su fama se había extendido también incluso en este
territorio pagano, y una mujer escuchó de su presencia y fue hasta donde
estaba.
Sobre esta mujer no sabemos casi nada, porque como ya
nos tiene acostumbrados Marcos, él omite cualquier detalle que no tenga
relevancia para el fin que persigue. Sin embargo, sí nos dice que era una mujer
griega y sirofenicia de nación, es decir, que era fenicia y que hablaba griego.
Por lo tanto, desde el punto de vista judío, era una pagana, o tal como Mateo
la describe, "una mujer cananea" (Mt 15:22).
"Y le rogaba que echase fuera de su hija al
demonio"
Otro detalle que Marcos nos proporciona es que tenía
una hija endemoniada. Ella vino a Jesús pidiéndole ayuda porque lo que más
amaba en el mundo estaba bajo el control del diablo.
Observemos también que la mujer no estaba rogando por
sí misma, sino para conseguir una bendición a favor de su hija, dándonos un
buen ejemplo de lo que debe ser la obra de intercesión que los padres debemos
llevar a cabo por nuestros hijos.
Y percibimos también su insistencia y constancia en
sus ruegos. Según Mateo, ella seguía a Jesús y sus discípulos dando voces, lo
que llegó a ser del desagrado de los discípulos (Mt 15:23). Pero esta
insistencia no surgía únicamente por el dolor y la ansiedad que sentía por el
estado de su hija, sino que también manifestaba una fe sólida en el Señor
Jesús, y por supuesto, una intercesión tan ferviente no había de quedar sin
contestación.
"Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien
los hijos"
Tenemos por lo tanto a una mujer cananea rogando a
Jesús por la liberación de su hija. ¿Qué haría el Señor?
Cualquier judío conocía la historia de Israel y los
problemas que los cananeos les habían causado desde los días de Josué. Además,
la ley judía separaba a los judíos de los gentiles. En el mismo templo se
levantaba un gran muro para evitar que los gentiles entraran en los atrios de
los judíos, avisando de la pena de muerte en el caso de que lo hicieran.
¿Derribaría Jesús esta pared de separación intermedia
y eliminaría la distancia espiritual que había entre judíos y gentiles? Pablo
dijo años después que por medio de su obra en la cruz, Cristo había conseguido
precisamente eso (Ef 2:11-22). Ahora
veremos que en su trato con esta mujer cananea ya anticipó el deseo del corazón
del Señor de bendecir a los gentiles por el Evangelio y recogerlos en un solo
redil junto a los judíos (Jn 10:16). Nunca fue
el deseo de Dios que sus bendiciones quedaran limitadas sólo a los judíos, y
notemos cómo Jesús dejó entreabierta esta puerta cuando le dijo a la mujer
"deja primero que se sacien los hijos".
Pero aunque Jesús era el salvador universal, esta
salvación debía producirse sobre la base de un orden riguroso: los judíos
primero y después los gentiles. Pablo trató en Romanos la prioridad que
concernía a Israel en el plan universal de salvación: "al judío
primeramente, y también al griego" (Ro 1:16). Y Cristo,
en su ministerio terrenal se limitó principalmente a ser "siervo de la
circuncisión, para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas
hechas a los padres" (Ro 15:8). Y lo mismo
mandó a sus discípulos cuando los envió a predicar: (Mt 10:5-6) "A
estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de
gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las
ovejas perdidas de la casa de Israel".
Cuando consideramos estos principios establecidos por
las Escrituras, podemos entender la contestación del Señor a la mujer, que si
bien parecía un tanto dura, definía correctamente la posición de los gentiles
frente al Reino de Dios antes de la Cruz.
Como explica el apóstol Pablo a los efesios, "los
gentiles estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a
los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en
Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos
cercanos por la sangre de Cristo" (Ef 2:12-13).
"No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo
a los perrillos"
En un principio, la respuesta del Señor podía parecer
de los más descorazonadora. Jesús usa una ilustración para explicar la
situación a la mujer: Los "hijos", en referencia a los israelitas,
eran los que estaban sentados a la mesa y tenían el privilegio de disfrutar del
ministerio terrenal del Señor. Los "perrillos" eran por lo tanto los
gentiles, quienes aún no habían sido admitidos al regio festín.
Por lo tanto, Jesús se estaba refiriendo a la
"hijita" de esta mujer como un "perrillo". ¿No podía ser
interpretado esto como algo ofensivo? Es cierto que los judíos se referían
despectivamente a los gentiles como "perros". Pero Jesús usó un
diminutivo, "perrillos", seguramente en sentido cariñoso. Y así lo
debió entender la mujer, porque no sólo no se sintió ofendida ni desechada por
ello, sino que en la forma en que se lo dijo Jesús, encontró fuerzas para
seguir haciendo su petición.
"Pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen
de las migajas de los hijos"
La mujer entendió y aceptó sin quejas ni disputas la
posición de precedencia que el pueblo judío tenía frente a los pactos y promesas
de Dios. Así que, en lugar de enojarse por las palabras de Cristo, vio en ellas
una puerta abierta para volver a presentar su súplica a favor de su hija.
En cualquier caso, no deja de asombrarnos que esta
mujer suplicaba por unas migajas de pan, mientras que los judíos rechazaban el
verdadero pan que había descendido del cielo (Jn 6:35-36).
En este punto podemos preguntarnos por qué el Señor
mostró una aparente falta de disposición para atender a esta mujer
inmediatamente. Porque es evidente que en esta ocasión Jesús se hizo de rogar
mucho más que en el resto de los casos en que las personas necesitadas venían a
él en busca de ayuda.
Lo que podemos apreciar, es que éste fue el medio por
el que el Señor sacó a relucir la fe de esta mujer gentil, que contrastaba
fuertemente con la maldad de los judíos, que a pesar de la luz que tenían,
seguían siendo duros y rebeldes. Pero no sólo de los judíos rebeldes, sino
también de los propios discípulos. Notemos que el Señor sigue usando el pan en
sus ilustraciones, y en esta ocasión, una mujer pagana logra entender que unas
migajas de ese pan pueden satisfacer plenamente todas sus necesidades
espirituales. Por contraste, los discípulos, después de haber presenciado cómo
el Señor multiplicaba unos pocos panes para dar de comer a una multitud de
judíos, todavía no lograban entender el significado de este milagro porque sus
corazones estaban endurecidos (Mr 6:52).
Por lo tanto, en medio de todo este contesto, podemos
apreciar la fe de esta mujer como una auténtica joya, de hecho, una joya casi
única. Sin apenas evidencias, el concepto tan elevado que esta mujer tenía de
la provisión de la gracia del Señor, nos deja admirados.
Por la narración de Mateo sabemos que el Señor quedó
maravillado ante semejante fe en una mujer gentil: (Mt 15:28) "¡Oh
mujer!, ¡grande es tu fe!". Ella había captado correctamente el corazón de
Dios.
"Entonces le dijo: Por esta palabra, vé; el
demonio ha salido de tu hija"
El pasaje nos ha mostrado que los gentiles también
tenían grandes necesidades espirituales, y que desde lo profundo de sus
corazones clamaban a Dios. Por lo tanto, aunque Cristo se dirigía primeramente
a los judíos, de ninguna forma les estaba ofreciendo exclusividad.
Fue la fe de la mujer la que logró eliminar todas las
barreras para llegar al corazón mismo de Dios. Este es un claro ejemplo del
hecho de que ningún alma hambrienta y humilde, que se acerca a la mesa
abundante del Señor quedará sin saciar. Pero es necesaria la fe.
El Señor sanó a la niña a distancia, por medio de su
palabra. Esto sirvió para que la mujer mostrara nuevamente la calidad de su fe:
con una plena confianza en la palabra del Señor, regresó a su casa. Y por
supuesto, su fe no fue defraudada, sino que cuando llegó, comprobó que
efectivamente una migaja de la mesa del Señor había sido suficiente provisión
para su gran necesidad.
Así que, si una mujer pagana usó el poco conocimiento
que tenía del Señor con tantos resultados, ¿cuánto más se requiere de nosotros
que hemos recibido privilegios mucho mayores?
Conclusiones
Al terminar este estudio podemos reflexionar sobre
cuáles son los requisitos para conseguir estas "migajas" del Señor.
Una
comprensión adecuada tanto del poder como del amor del Señor.
Insistencia
en la oración.
Y sobre
todo, una fe capaz de vencer todas las pruebas.
Por otro lado, este incidente nos trae a la memoria
también a otra mujer necesitada que vivió en "Sarepta de Sidón" en
los tiempos del profeta Elías. El relato lo podemos encontrar en (1 R 17:8-16) y nos
recuerda cómo Elías fue enviado a aquella región después de anunciar una gran
sequía sobre Israel como juicio de Dios por haber rechazado su palabra. En
cambio, aquella mujer gentil confió en la palabra del profeta y no le faltó el
pan durante todo el tiempo en que Israel pasaba hambre.
Preguntas
para reflexión y de comprensión:
1. ¿Por qué fue Jesús a la región de Tiro y Sidón?
Razone su respuesta.
2. ¿Por qué cree que Jesús intentaba pasar
desapercibido en la región de Tiro y Sidón?
3. ¿En qué detalles se aprecia la fe de la mujer Sirofenicia?
4. ¿Por qué le dijo Jesús a la mujer que dejara que
los hijos se saciaran primero? Explique su respuesta.
5. Razone
sobre cuáles son los requisitos para conseguir las "migajas" de la gracia
del Señor.
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