Gracias a Dios estamos de regreso para seguir publicando y cumpliendo con mi ministerio de edificar a través de la enseñanza y formación a través de mi pagina. Doy gracias a Dios por ustedes, hoy reiniciamos con un breve estudio sobre Nuestro Hogar Eterno. Te invito a seguir acompañándome, mientras oro por tu vida, tu crecimiento y que sigamos fiel a La Palabra de Dios.
gozo inimaginable, por y para la eternidad. Dios tiene un espacio eterno para cada una de nosotras.
El cielo es más que una idea: es un lugar real de sanación, restauración y gozo inimaginable, por la eternidad.
Amada hermana y amiga, antes de ver nuestro breve estudio de hoy, te invito a orar con fe y con todo tu corazón, entregando tu vida y tolas las areas de ella a Nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo y luego leer Juan 14:1-6.
14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
14:4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
14:5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que se iba, prometió regresar y llevarlos a la casa de su Padre, donde les había preparado un lugar. Esto confirma que el cielo es un lugar real, no una nube etérea donde tocamos el arpa.
Tendemos a pensar que todo lo celestial es menos tangible que la tierra, pero las Escrituras sugieren lo contrario. Hebreos 11:10 nos dice que por la fe, Abraham “buscaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”. Y Apocalipsis 21:10-27 describe esta ciudad, llamada la Nueva Jerusalén, con gran detalle. A diferencia de la tierra, el reino de los cielos es inconmovible ( Heb. 12:27-28 ). Existe para siempre, y estaremos adorando y sirviendo al Señor allí.
Como cristianos, sabemos que nuestra ciudadanía está en el cielo. Cuando morimos, nuestros espíritus van inmediatamente allí ( 2 Cor. 5:8 ), a la presencia del Señor, esperando el cuerpo inmortal que se nos dará al regreso de Cristo. Ese nuevo cuerpo estará perfectamente preparado para el cielo y libre de tentaciones, pruebas, angustias, dolor y muerte que hacen que la vida en la tierra sea tan agotadora. Habrá descanso, no de la actividad y el trabajo satisfactorio, sino de las consecuencias del pecado que nos aquejan aquí. Creo que el gozo que experimentaremos cuando finalmente veamos a nuestro Salvador cara a cara está más allá de nuestra imaginación.
Te invito a revisar tu vida, a poner en orden cada área, todas tus relaciones y en especial tu relacion con Dios, tu área financiera y tu hogar, donde te animo a poner en orden todo y estar preparada como las cinco vírgenes prudentes. Haz tu testamento, deja todo en orden como si esta es la ultima semana de tu vida. En otro orden pon en marcha que todo este en orden como si Cristo viene en el día de hoy o esta noche. Estemos preparadas. Seamos prudentes, fieles, organizadas; que nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente estén limpias delante de Dios, y aunque sea difícil, amemos a nuestros enemigos y cuidemos nuestro corazón.
Es mi oración que Dios nos llene de Su amor, Su paz, nos llene de gozo, tengamos un espíritu perdonador.
Dios llene de ricas bendiciones tu vida.
Tu hermana y amiga de siempre. Fielmente,
Evelyn Calcaño Cepeda
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