TERCERA PARTE DEL TEMA SOBRE LAS CRITICAS – 3 TÉCNICAS PARA DEFENDERSE DE UNA CRÍTICA DE MANERA ASERTIVA
Amadas
hermanas y amigas, queridas lectoras:
Esta es nuestra tercera entrega acerca de este tema engorroso y delicado,
donde debemos estar preparadas emocional y espiritualmente para enfrentar las críticas
con tranquilidad, templanza y madurez.
La Soberana Gracia de Nuestro Gran Dios sea con ustedes y es mi oración que juntas podamos orar, leer las Escrituras y manejarnos con madurez y enfrentar las críticas con sano juicio, sin murmuraciones, sin responder con agresividad ni ira, sino con tranquilidad y paz, presentando defensa Bíblicamente como nos ordena Dios en Las Sagradas Escrituras.
¿Cómo reaccionamos?
No olvidemos que las críticas pueden ayudar a nuestro desarrollo personal siempre y cuando una vez escuchadas, sean aceptadas y se presten a ser reflexionadas.
Pero centrándonos en las destructivas, es importante defendernos de manera asertiva, es decir, defender nuestros derechos sin entrar en conductas sumisas, agresivas, ni reproches. Nuestra manera de reaccionar condiciona el producto final.
De manera automática tendemos a reaccionar a ellas de tres formas poco asertivas, deteriorando nuestras relaciones sociales y autoimagen:
1. Contraatacar
Esto es contestar impulsivamente con
otra crítica o descalificando al interlocutor y a ser posible con mayor
dureza. El resultado inevitable de esta estrategia es la discusión y el
enfado.
2. Negación de la
crítica
Una segunda forma de reaccionar es negar
frontalmente la crítica, independientemente si estamos de acuerdo o no, pero
esto tampoco hace que nuestras relaciones interpersonales mejoren.
Debemos saber identificar las criticas y enfrentarlas, mantenernos firmes en
nuestras buenas conductas, siendo fieles a los principios y valores y en
ocasiones evitarlas. Orar por estas situaciones.
3. Aceptación pasiva
Finalmente, una tercera manera de afrontar la crítica, es aceptarla inmediatamente sin más, sin analizarla, demostrando una actitud pasiva. Aceptarla, evaluarnos y hacer los cambios necesarios.
¿Cómo afrontar una
crítica de forma asertiva?
Debemos responder en tono neutro,
lo más aséptico posible, con el fin de no demostrar que nos ha herido (objetivo
principal de este tipo de críticas), y sin agredir, ya que, si no la
conversación acabaría en una discusión o una competencia de agresiones mutuas.
Para afrontar una crítica podemos
emplear las siguientes técnicas:
1. Interrogación negativa
Consiste en pedir aclaración sobre lo que nos dicen. Es decir, preguntar por lo qué se nos critica.
Si critican mi forma de vestir y demuestro una actitud insegura, mirándome mi vestimenta afligida, cumplo con el objetivo del atacante. Por otro lado si acepto la crítica y me callo cuando en realidad me he puesto algo que a mí me gusta, demuestro sumisión, que en cierta manera suele bastar al atacante.
2.
Aserción negativa
Sería reconocerlo sin hundirnos, relajadamente, sin adoptar actitudes defensivas, sin justificamos y, claro está, sin enfadarnos. Esta técnica se debe emplear cuando consideremos, que, aunque no sea de forma constructiva, la crítica es cierta y estamos de acuerdo con ella.
Si cuando nos dicen una crítica cuyo contenido es cierto, aunque no nos guste la forma o nos sintamos atacados, podemos entrar en una discusión e intercambio de agresiones mutuas (“Llevo 20 minutos esperando”/“Pues el otro día llegaste tarde tú”/“Lógico, siempre tardas, y para una vez que soy yo me lo recuerdas”/“La culpa la tienes tú por no avisarme con antelación”…).
Además proyectamos una imagen en la que
parece que nadie nos puede decir nada y que no sabemos
aceptar una crítica. Por lo que, si su objetivo era hacernos daño, conseguido
está, pues nos enfadamos y demostramos que nos ha sentado mal. Si nos callamos
y la aceptamos de una forma sumisa, muy seguramente sintamos que también nos
hacemos daño.
Reconocerla de manera asertiva es la mejor forma para proyectar una imagen segura de nosotros mismo en la que asumimos nuestros errores, a su vez, si, aunque la forma no sea la adecuada, no ha habido intención de hacer daño favorecemos el diálogo. Cojamos el segundo ejemplo, alguien le dice a su pareja que no entiende de fútbol a lo que la otra parte le responde que tiene razón.
3.
Banco de Niebla
Esta técnica se suele usar ante críticas malintencionadas, y es bueno usarla para habituarnos a recibirlas con naturalidad, sin sentirnos avergonzados o enfadados. Consiste en reconocer serenamente la posibilidad de que hay parte de verdad en la crítica que recibimos.
De la misma manera que en las técnicas anteriores, responder con otra crítica no sólo muestra que se ha cumplido el objetivo de ésta sino que entramos una vez más en una cadena de posibles insultos. Tomando el primer ejemplo podría ser respondiendo.
Aceptarla supone reconocer algo con lo que no estamos de acuerdo, al menos para nosotros, lo que nos coloca en una posición sumisa que a la larga puede afectar a nuestra autoestima. Contemplar la posibilidad de que al otro no le guste algo que a nosotros sí, demuestra nuestra flexibilidad ante otro punto de vista y seguridad en nosotros mismos.
Concluyendo
Como podemos ver en cualquier caso nuestra forma de responder a una crítica y actitud ante ella condiciona el resultado posterior. Las críticas no dejan de ser puntos de vista diferentes, a veces nos ayudan a mejorar o tener en cuenta algo para trabajarlo a partir de nuestra propia experiencia y la de los demás.
Hay que estar abiertos a cualquier opinión,
en algunos casos admitir que no lo sabemos todo y en ningún caso aceptar
aquello con lo que no estamos de acuerdo.
La crítica bien gestionada y respondida asertivamente ayuda a crecer como persona ya sea madurando o afectando lo menos posible la intencionalidad de dañar nuestro ego y no afectar a otros.
Veamos algunas citas Bíblicas sobre La crítica, entre los creyentes. Versículos Más Relevantes, que pueden aplicarse a nuestra vida práctica.
Santiago 5:9
Hermanos, no os quejéis unos contra
otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas.
Mateo 7:1-5
No juzguéis para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que
midáis, se os medirá. ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu
hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
Lucas 6:37-42
No juzguéis, y no seréis juzgados; no
condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y os
será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro
regazo. Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir. Les dijo
también una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán
ambos en un hoyo?
Romanos 14:1-4
Aceptad al que es débil en la fe, {pero}
no para juzgar {sus} opiniones. Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero
el que es débil {sólo} come legumbres. El que come no menosprecie al que no
come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.
1 Corintios 10:10
Ni murmuréis, como algunos de ellos
murmuraron, y fueron destruidos por el destructor.
Gálatas 5:15
Pero si os mordéis y os devoráis unos a
otros, tened cuidado, no sea que os consumáis unos a otros.
Filipenses 2:14-16
Haced todas las cosas sin murmuraciones
ni discusiones, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de
vida, a fin de que yo tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que
no habré corrido en vano ni habré trabajado en vano.
Santiago 4:11-12
Hermanos, no habléis mal los unos de los
otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley
y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino
juez {de ella.} {Sólo} hay un dador de la ley y juez, que es poderoso para
salvar y para destruir; pero tú, ¿quién eres que juzgas a tu prójimo?
1 Corintios 4:2-5
Ahora bien, además se requiere de los administradores
que {cada} uno sea hallado fiel. En cuanto a mí, es de poca importancia que yo
sea juzgado por vosotros, o por {cualquier} tribunal humano; de hecho, ni aun
yo me juzgo a mí mismo. Porque no estoy consciente de nada en contra mía; mas
no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor.
Colosenses 2:16-18
Por tanto, que nadie se constituya en
vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o
luna nueva, o día de reposo; cosas que {sólo} son sombra de lo que ha de venir,
pero el cuerpo pertenece a Cristo. Nadie os defraude de vuestro premio
deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de los ángeles,
basándose en las {visiones} que ha visto, hinchado sin causa por su mente
carnal,
Mateo 18:15
Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a
solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
Proverbios 15:1
La suave respuesta aparta el furor, más
la palabra hiriente hace subir la ira.
Daniel 6:4
Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino; pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni {evidencia alguna de} corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción {podía} hallarse en él.
2 Corintios 8:20-21
teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros; pues nos preocupamos por lo que es honrado, no sólo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres.
Tito 2:7-8
muéstrate en todo como ejemplo de buenas
obras, {con} pureza de doctrina, {con} dignidad, {con} palabra sana {e}
irreprochable, a fin de que el adversario se avergüence al no tener nada malo
que decir de nosotros.
Salmos 141:5
Que el justo me hiera con bondad y me
reprenda; es aceite {sobre} la cabeza; no lo rechace mi cabeza, pues todavía mi
oración es contra las obras impías.
Fielmente en Cristo,
Tu amiga y hermana,
Evelyn
Calcaño Cepeda
Comentarios
Publicar un comentario