Amadas hermanas y amigas, queridas lectoras. La Soberana Gracia de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo sea con cada una de ustedes y sus vidas y con sus seres queridos.
En el día de hoy veremos
un breve estudio acerca de esperar en Dios, donde hablaremos sobre la paciencia
que debemos tener al esperar la respuesta de Dios para nuestras vidas.
Aun cuando no tengas
esperanza y todo parece difícil, y las puertas se te cierran, debemos esperar, como
Sadrac, Mesac y Abed Nego debemos ser fieles y permanecer firmes a pesar del
fuego. Les invito a que leamos Daniel 3:16-30
16 Sadrac, Mesac y
Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te
respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos
puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y
si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la
estatua que has levantad
Seamos pacientes y
firmes, seamos fieles a Dios a pesar de las circunstancias, no nos inclinemos a
otros dioses.
Entrando de lleno a nuestro tema veamos:
Esperar es tan difícil
para nosotros en la sociedad actual de acceso instantáneo, que podemos ser
atacados y envestidas por personas sin nosotros tener nada que ver con ellos,
somos oprimidos por envidia, por maldad de hombres fuertes que quieren nuestras
pertenencias y nuestro espacio, aun así debemos ser pacientes, ser precavidas,
firmes, cuidadosas, tener fe firme y seguir adelante, esperando que la mano de Dios
obre.. De hecho, a veces parece imposible alcanzar o lograr una respuesta
positiva. Pero, ¿Qué sucede mientras tú y yo esperamos en el Señor? Esperar nos
da la oportunidad de desarrollar nuestra confianza en el Señor y fortalecer
nuestra fe en Él. Nos vemos obligados a aceptar el hecho de que Él, y sólo Él,
sabe lo que está haciendo. Esperar
nos ayuda a crecer en paciencia.
Reflexione por un momento
sobre la paciencia con la que Noé y su familia esperaron que las aguas
retrocedieran y la tierra se secara. ¿Qué harías en una situación similar?
Hebreos 11:1 nos da una hermosa definición de fe: “Es, pues, la fe la certeza
de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
Esperamos, esperamos y
esperamos un poco más... hasta que finalmente nos contentamos con estar con el
Señor. Y esperar y llenarnos de la Palabra de Dios nos da energía para la
caminata (¡o la carrera!) que tenemos por delante. ¿Estás esperando?
¡Bienvenida! No importa cómo se vea o se sienta, ¡regocíjate en tu tiempo de
espera porque puedes pasarlo con el Señor!
Dios en Su Soberanía no
quiere que nos pase cosas malas, no quiere dañarnos, es el maligno que nos
ataca, nos oprime. Debemos ser fieles firmes, guardarnos, cuidarnos, orar
intensamente, Dios está con nosotros y nos ayuda y pelea nuestras batallas.
Que esta oración sea tuya
hoy: Padre, Tú conoces mi temperamento. Sabes cómo odio esperar por
algo o por alguien. Concédeme paciencia mientras espero tu sabiduría. También,
dame un espíritu amable cuando tenga que atender a la gente. Ayúdame en mi desesperación,
ayúdame Padre, líbrame de los verdugos, de los ricos opresores, líbrame de la
envidia, líbrame Padre de mis enemigos ocultos que me maltratan y me hacen
perder la paciencia. Bendice a mis enemigos, bendice y haz retroceder a los me
persiguen y os ultrajan. Lléname de Tu Gracia, Oh Padre Celestial. Ayúdame, en
el Nombre de Jesús. Amén.
Bendiciones,
Evelin Calcaño Cepeda
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