COMO MUJERES, TENGAMOS UN TIEMPO PARA TRABAJAR EN EL MINISTERIO.
Cuando trabajar para Cristo toma el lugar de Cristo mismo como el principal disfrute en el alma, el cambio es tanto sutil como significativo en nuestras vidas y las vidas de otros que nos rodean.
¿Cuánto mejor? Tan bueno y correcto como puede ser regocijarse en el fruto del ministerio, aquí Jesús quiere que sintamos la fuerza del contraste. Dice: «No se regocijen en esto…». Jesús no se opone a las alegrías del ministerio, ni nos ordena, universalmente, que nunca nos regocijemos en ellas. Más bien, Lucas 10:20 es una declaración claramente comparativa, lanzada en estos términos simples y crudos para enfatizar cuánto mayor puede ser, debe ser y será nuestro regocijo en lo que Dios hace por nosotros que en lo que Él elige hacer a través de nosotros. Por eso importa tanto «los nombres escritos en el cielo».
Me encanta decir QUE MI NOMBRE ESTA INSCRITO EN EL LIBRO DE LA VIDA, me encanta servir en el ministerio aunque sea aleatoriamente, irregular y formalmente. Amo la obra y crecí sirviendo al Señor ayudando en el Ministerio de Enseñanza y le pido a Dios Su Gracia para no perder el amor por la obra. Que a pesar de las confusiones y oscuridad podamos seguir adelante predicando y enseñando a los escogidos de Dios y llevando esperanza a los perdidos.
Que la Gracia de Dios sea sobre nuestras vidas.
Evelin Calcaño Cepeda
Consultora Educativa, M. Ed.
Consejera Bíblica Certificada
Certificada el Teologia Biblica
Certificada en Mayordomia Financiera
Escritora y Educadora con 35 años
de Experiencia Educativa
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