A MODO DE INTRODUCCIÓN:
Hemos
iniciado el año con un reto de seis días con La Palabra y oración, viendo que debemos
estar llenas de esperanza, de fe, orando por liberación, protección, provisión
y para que Dios nos bendiga este nuevo año 2021. EN el día de hoy he querido y
he programado un breve estudio sobre el egoísmo, el objetivo es ser motivadas a
no ser egoístas y que en este tiempo de confinamiento por el COvid-19, no
salgamos igual y seamos más generosos, pensemos en los demás, oremos por los demás
y compartamos con el que tiene necesidad. Dios nos bendiga y nos ayude a
desarraigar de nuestros corazones el egoísmo, el individualismo. Pensemos en los
demás.
HABLEMOS DEL EGOISMO ¿QUE ES EL EGOISMO?
VEAMOS ALGUNOS PRINCIPIOS
El egoísmo
es ser inmoderado y tener un excesivo amor de sí mismo y que le hace atender
desmedidamente a su propio interés. El egoísmo es lo contrario a interés,
generosidad, altruismo por los demás, sin interés. Quiero concentrarme un
momento en la palabra altruismo que es antónimo de egoísmo. Una persona
altruista es una persona que tiene una actitud que se esfuerza en hacer el
bien, que trabaja o gasta dinero o tiempo en ayudar a otros sin esperar nada a
cambio.
Una
persona que muestra egoísmo es una persona que demuestra que quiere todo para
él, no le importa perjudicar a los demás con tal de tenerlo y nunca hace nada
por nadie: su egoísmo le impide pensar en los demás.
En realidad,
el egoísmo es lo contrario del verdadero amor, ya que el verdadero amor nos
hace salir de nosotros mismos y nos hace darnos a lo que amamos
transformándonos en algo amado, en cambio el egoísmo nos tiene como centro de
todas las cosas a nosotros mismos y hacemos que todo convenga para lo que
nosotros queremos, por eso el egoísta no se sale de sí mismo, sino que todo lo
que haga será buscando su propio interés. El mejor ejemplo del verdadero amor
contrario al egoísmo es el de Jesucristo que dio su vida por nuestro rescate
sin sacar ninguna ventaja, solo buscando nuestro bien. Y también puedes tomar
los ejemplos de los santos que por amor a Dios se olvidaron de su bien terrenal
y se dieron por completo en el bien del prójimo y por amor a Dios; como por
ejemplo el orden que Jesús enseñó cuando el fariseo le preguntó cuál era el
primero y principal de los mandamientos; amaras a tu prójimo como a ti mismo.
En otro
pasaje cuando Jesús dice aquello de que quien ama su vida la perderá y quien
odia su vida, por amor a Mi, la salvará, justamente se refiere al verdadero
amor y al egoísta que hace que nos amemos de modo desordenado o sea más que a
Dios y ese amor desordenado de nosotros mismo nos llevará a perder la vida que
es la vida eterna y a no amar a los demás y a no tratar a los demás como superiores
a nosotros mismos.
A
continuación, les copio algo que tomé de la página web que se llama “El
Sembrador”, El Sr. Fulton Sheen describe
como somos en realidad y lo que nuestro egoísmo nos hace creer que somos.
Veamos a
continuación lo interesante del Ego y la diferencia del Yo:
El
«Ego» y el «Yo»
El ego es
lo que pensamos que somos; el yo es lo que, en realidad, somos.
El ego es
el niño consentido: egoísta, petulante, alborotador y mimado, el origen de
nuestros errores en la vida. ¡El yo es nuestra personalidad hecha a imagen y
semejanza de Dios!
Las vidas
de nuestros dos nosotros mismos, no pueden ser vividas simultáneamente. Si
pretendemos e intentamos hacerlo, sufriremos remordimientos, ansiedades y
descontento interno. Si la verdadera libertad se ha de hallar dentro de
nosotros mismos, el ego debe ceder al nacimiento de nuestra propia
personalidad. Pero es un compañero tan familiarizado, para algunas personas,
que no puede ser fácilmente dejado de lado, y no hay provecho ninguno en
decirles que el superficial ego no tiene lugar legítimo en su interior. Lo
mismo que la capa de arcilla de las fundiciones, el falso ego debe ser
arrancado, separado y arrojado, y es éste un proceso que implica desasimiento,
dolor, y que causa cierta indignación.
Cuando el
ego domina nuestra vida, vituperamos pequeñas faltas en los demás y excusamos
grandes errores en nosotros mismos; vemos la paja en el ojo ajeno e ignoramos
la viga en el nuestro. Veamos: Lucas 6:41-42, vemos que somos injustos con los
demás y negamos que haya falta en nuestra actitud; otros hacen lo mismo con
nosotros y decimos que debieran conocer mejor las cosas. Odiamos a otros seres
y a ese odio lo calificamos de “celo”; halagamos a otras personas teniendo en
cuenta lo que pueden hacer en nuestro favor, y a esto lo llamamos “amor”; les
mentimos, y esas mentiras las justificamos denominándolas “tacto”. Somos
remisos, que quiere decir que ponemos poca voluntad o disposición en hacer una
cosa, para defender en público los derechos de Dios, y a eso lo calificamos
como “prudencia”; procediendo egoístamente hacemos a un lado a los demás, y esa
actitud es ante nuestros ojos “procurar nuestros justos derechos”; somos
severos críticos de los demás y decimos que “enfrentamos valientemente los
hechos”; nos rehusamos a abandonar nuestra vida de pecado, y a cualquiera que
así procede lo tildamos de “escapista”. Nos cuidamos excesivamente y decimos
“cuidar la salud”; juntamos más riquezas de las que son necesarias para nuestra
situación en la vida y decimos procurar la “seguridad”; nos causa disgusto las
riquezas de los demás y nos vanagloriamos de ser “defensores de los
sumergidos”; negamos inviolables principios de justicia, nos aseguramos con
toda firmeza en el aire y decimos ser “liberales”. Empezamos nuestras frases
con el pronombre “Yo”, y condenamos a otras personas como inaguantables, porque
desean hablar acerca de sí mismas, siendo así que nosotros deseamos hablar
acerca de nosotros; arruinamos la vida familiar por medio del divorcio, y
decimos que nos es preciso “vivir nuestra vida”; creemos ser virtuosos...simplemente
porque hemos encontrado a alguna otra persona más juiciosa, supuestamente, que
al final puede resultar viciosa.
Es mi
recomendación, deseo y advertencia estar alertas y en oración para no caer en
el pecado del egoísmo ni el egocentrismo. Busquemos el bien de los demás, sin
descuidar nuestra persona. Preparémonos bien siempre para servir, procuremos
nuestra estabilidad y la estabilidad de los demás.
Veamos
algunas Citas Bíblicas para nuestra edificación, para obedecer y como
aplicación práctica para nuestras vidas.
·
El amor es paciente, es bondadoso. El amor
no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta,
no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 1 Corintios 13:4-5
·
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más
bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Filipenses
2:3
·
Que nadie busque sus propios intereses
sino los del prójimo. 1 Corintios 10:24
·
Porque donde hay envidias y rivalidades,
también hay confusión y toda clase de acciones malvadas. Santiago 3:16
·
El que es generoso prospera;
el que reanima será reanimado. Proverbios 11:25
·
Cada uno debe agradar al prójimo para su
bien, con el fin de edificarlo. Romanos 15:2
·
Al necio no le complace el discernimiento;
tan sólo hace alarde de su propia opinión. Proverbios 18:2
·
El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti
mismo.” No hay otro mandamiento más importante que éstos. Marcos 12:31
·
Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes
se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar
a ser sabio. 1 Corintios 3:18
·
Inclina mi corazón hacia tus estatutos
y no hacia las ganancias desmedidas. Salmos 119:36
·
Sin embargo, considero que mi vida carece
de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el
servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del
evangelio de la gracia de Dios. Hechos 20:24
·
He sido crucificado con Cristo, y ya no
vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo
por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Gálatas 2:20
·
Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos.
—Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve
su cruz y me siga. Marcos 8:34
Para
concluir hagamos una revisión de las diferentes áreas de nuestra vida, en lo
material, propongámonos regalar, obsequiemos algunas cosas, compartamos con el necesitado; en lo emocional y
espiritual, despojémonos de cualquier sentimiento que no sea de Dios en nuestra
vida, oremos, pidamos perdón y pidamos perdón a otros si hemos sido egoístas y
si hemos faltado en algo hacia otras personas.
Oremos a Dios y tengamos un tiempo especial de ofrenda a Dios por sus
misericordias y por hablar a nuestras vidas. Debemos orar para apartarnos del
egoísmo y del individualismo, que solamente nos lleva a pensar en nosotros mismos, lo cual no agrada a Dios.
Fielmente en Cristo, Tu amiga y hermana,
Evelyn Calcaño Cepeda
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