Amadas hermanas y amigas:
Seguimos orando en este mes por nuestras familias,
por nuestras vidas. He querido hacer un espacio para publicar un breve
estudio de una persona de respeto y testimonio acerca del testimonio.
Mientras oramos por nuestras familias, oremos por nuestro testimonio y el
testimonio de nuestras familias. Estamos pasando por época difícil y por un
confinamiento que no nos permite socializar mucho y estamos atareados con
pruebas, que este tiempo no nos impida estar en oración constante, seguir
adelante y guardar el testimonio.
Muchas veces nos encontraremos en situaciones en
que hay personas que quieren afectar nuestro testimonio con calumnias,
envidias, ataques, falsos testimonios, roban nuestra identidad, hablan en
falso testimonio en contra de nosotros, siempre hay personas que quieren dañar
nuestro testimonio, este es un tiempo para orar, guardarnos, andar en
obediencia y seguir adelante. Te invito y te animo a orar. Que Dios sea lo
primero en tu vida.
Una de las herramientas más poderosas que tenemos
para impactar al mundo es nuestro testimonio. Me refiero, obviamente, a
nuestros testimonio de fe, a lo que Dios ha obrado en nuestras vidas por
medio de Jesús.
En Apocalipsis, cuando se habla acerca de la
guerra en el Cielo y de la victoria que tenemos sobre el enemigo,
dice: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y
de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la
muerte” (Apocalipsis 12:11). ¡Nuestro testimonio es una de las 3 grandes
armas que tenemos para obtener la victoria!
Tu testimonio es algo que nadie podrá jamás
quitarte. Aunque algunas personas con las que te encuentres puedan quizá
ponerlo en duda, y otras puedan acusarte de mentir, nadie mejor que tú sabe
lo que Dios ha hecho realmente en tu vida, el cambio que has experimentado
en tu corazón, lo que has “visto y oído”, como decía el apóstol Juan (1 Juan 1:1).
Tu testimonio es un fuerte ancla al que puedes
agarrarte por medio de la fe cuando el enemigo quiera atacarte. Pero más
allá de eso, el testimonio de lo que Dios ha hecho en tu vida tiene un
poder inmenso para impactar y transformar también a otras personas.
Es la invitación por excelencia, porque al
compartir con los demás lo que Dios ha hecho en tu vida, les estás dando lo
más valioso que tienes, que es tu historia personal. Y, a través de ella,
les estás invitando a tener un encuentro personal con Aquél que ha
transformado tu vida, y que quiere transformar también la suya.
Tu testimonio tiene un poder
inmenso para impactar el mundo! Pídele al Señor que te dé sabiduría para
aprovechar cada oportunidad que se te presente, y compártelo con los demás
sin temor. Aun en medio de las pruebas, debemos ser firmes y glorificar a
Dios, obedecer Su Palabra, ser firmes, pacientes y perseverantes, tener
siempre un espíritu de oración. Creo de todo corazón que, a su debido
tiempo, producirá un fruto precioso en sus vidas.
¡Oremos para ser una bendición para muchos!
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