Amadas hermanas y amigas, queridas lectoras, hoy estaremos presentando un estudio sobre el liderazgo cristiano y veremos algunos principios sobre este tema, que podemos aplicar en nuestra vida de responsabilidades diarias en el ministerio, en el hogar y en lo laboral. Gran parte de las ideas las he tomado de un escrito de un escritor que mantendré en anónimo.
Quiero recordarles lo que vimos en la publicación de
la primera parte de este tema sobre El liderazgo, que es un aspecto importante
en la vida de muchos cristianos. Ya sea en el lugar de trabajo, en el hogar o
en la iglesia, Dios confía a Sus hijos diversas responsabilidades de liderazgo
para cumplir con Sus propósitos eternos.
Sin embargo, no hay dos líderes cristianos que
compartan la misma influencia o posición. Todos los líderes son diferentes,
tienen características diferentes, personalidad. Como resultado, establecer una
filosofía sana de liderazgo requiere que los líderes cristianos consideren una
serie de principios bíblicos que trascienden los detalles particulares de
cualquier contexto y que podamos identificarnos con los demás, pero sobre todo
que seamos fieles y seamos de testimonio a los demás, por amor a Cristo Nuestro
Salvador y que todo sea para Su Gloria.
Con ese fin, aquí busco hablar hoy de los tres últimos
principios bíblicos esenciales para ayudar a dar forma y enfoque a tu liderazgo
como cristiano.
Les invito a orar un momento que Dios nos ayude a ser
buenas líderes, que Dios nos dé un corazón de siervas, que seamos productivas y
temerosas de Dios como la Mujer de Proverbios 31.
Veamos los tres restantes en
esta segunda parte:
4. Cultiva el Bienestar
Físico.
¿Irías con un dentista que tiene mala dentadura?
Probablemente no, pues parece obvio que no practica lo que predica. De manera
similar, muchos líderes cristianos socavan su liderazgo al no practicar lo que
predican (1
Co 9:27).
Entonces, si nuestra tarea incluye enseñar sobre el dominio propio y el cuidado
del cuerpo (Gál 5:23; 1
Co 6:12-14),
somos responsables de vivir lo que enseñamos.
Aunque las Escrituras no ordenan explícitamente el
entrenamiento físico, no niegan su provecho terrenal (1
Ti 4:6-8).
Como criaturas finitas, los líderes deben cuidar su salud física para poder
llevar a cabo de manera efectiva sus responsabilidades. En pocas palabras, un
equilibrio adecuado de disciplina espiritual y disciplina física —una dieta
saludable y ejercicio regular— glorifica a Dios, promueve una productividad
eficiente y brinda más credibilidad a la forma en que compartimos nuestro
mensaje verbal (1
Co 10:31).
No sugiero que cada líder cristiano se convierta en
maratonista o compita en CrossFit. Tampoco estoy ignorando los
desafíos legítimos que impiden que algunas personas hagan ejercicio físico. Sin
embargo, sostengo que no cuidar el bienestar físico —al no controlar nuestros
apetitos o descuidar el ejercicio razonable y los tiempos apropiados de
descanso— afecta nuestro liderazgo.
5. Desarrolla más Líderes.
La Escritura enfatiza la multiplicación del liderazgo
como un principio central del liderazgo bíblico (2
Ti 2:2).
Dios multiplica la influencia de Cristo a través de discípulos que buscan
formar más discípulos (cp. Mt
28:18-20).
El desarrollo de liderazgo permite a los líderes aumentar Su alcance de
influencia por extensión.
El exceso de trabajo no es una virtud
para admirar, sino un vicio que revela nuestro orgullo
Por ejemplo, de aproximadamente cien asociados de
Pablo, según leemos en el Nuevo Testamento, él desarrolló a treinta y ocho
personas para que fueran sus compañeros de trabajo. Sigue el ejemplo de
Pablo: desarrolla
líderes con
los que puedas rendir cuentas, mantener relaciones constructivas, colaborar en
la expansión del evangelio y recibir aliento. Esto lo podemos ver en varias
citas Bíblicas, veamos: (Hch 15:32; 17:14-15; 2
Co 7:6-7; Gá 2:6-10; 4:19; Fil
2:25-30; 1
Ti 1:3; Tit 1:5).
6. Administra tu Tiempo.
Por último, la aplicación adecuada de los principios
anteriores dependerá, en parte, de una gestión eficiente del tiempo. El tiempo
es un recurso universal para todas las personas. No importa cuál sea el alcance
de su influencia, cada líder administra una cantidad igual de tiempo diario (Col
4:5-6; Ef 5:15-17). Sin embargo, una
diferencia importante entre los líderes excepcionales es su buen uso del tiempo
(2
Ti 4:1-5).
Para glorificar a Dios y contribuir al florecimiento
de aquellos a quienes ministramos, debemos administrar nuestro tiempo
adecuadamente. Evalúa las próximas tareas pendientes y toma decisiones firmes
para asumir la responsabilidad de aquellas que solo tú puedes y debes
completar. Delega o retrasa las que quedan (cp. Hch 6:1-15). Pasa tiempo con tu
familia. ¡Ningún rol de liderazgo es más importante! Dios nos da un mandato
general para servirnos unos a otros (Gá 5:13-14),
pero nos da un mandato específico para servir a nuestra familia (Ef 6:1-4).
Por último, ¡descansa!
El exceso de trabajo no es una virtud para admirar, que en ocasiones puede revelar
nuestro orgullo, pero el mucho trabajo e sinónimo de producción y bendición. En
resumen, reconoce que, si no administras tu tiempo, alguien o algo más lo hará
por ti. Debemos cuidar nuestro trabajo y nuestros espacios.
Estos principios bíblicos generales nos ayudan a
establecer una filosofía sana de liderazgo útil para todo cristiano en todo
ámbito donde Dios lo haya puesto. Los propósitos eternos de Dios se cumplen a
través de Su pueblo que vive a la luz de Su Palabra.
Quiero resaltar que debemos servir con amor, con
humildad, actuar con responsabilidad y hacer las cosas con excelencia. Somos el
reflejo de amor de Cristo. Aun nuestros puestos de trabajo debemos mantener
nuestro liderazgo, no enterrar nuestros talentos, debemos siempre ponerlos al
servicio de los demás. Con esto glorificamos a Dios.
Tendremos una tercera parte donde hablaremos del Liderazgo en la Educacion. Necesitamos reforzar el Liderazgo Educativo. Animo amadas hermanas, Dios es nuestra fortaleza.
Para finalizar les recomiendo encarecidamente vivir en
la presencia de Dios, procurar la excelencia y servir con amor y humildad.
Mantengamos nuestro lugar, no enterremos nuestros talentos, no nos inclinemos
ante Baal, DIOS ES Y DEBE SER SIEMPRE NUESTRO UNICO DIOS VERDADER, JESUCRISTO
NUESTRO REY Y SALVADOR.
Consejera Bíblica Certificada
Abarcando Finanzas y Matrimonio
Master en Educación Docencia y Gerencia
Universitaria
Cuatro Anos de Teología Bíblica
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