Para aprovechar al máximo esta devoción, te invito a reservar tiempo para leer las Escrituras a las que se hace referencia en todas partes y tener un tiempo de oración.
Nos mantiene continuamente conscientes de que caminamos en Su presencia, lo que contribuye a una vida piadosa. Como creyentes, nunca caminaremos solos porque el Espíritu Santo vive dentro de nosotros. La gratitud nos recuerda su presencia y nos motiva a responder de una manera piadosa buscando ver nuestro dolor y problemas desde Su perspectiva, perciba cómo está trabajando en la situación y confíe en sus promesas. No importa qué sucede a lo largo del día, podemos agradecerle, sabiendo que nuestro amoroso, omnipotente y omnisciente Dios nos está ayudando a atravesarlo.
LA GRATITUD NOS
MOTIVA A BUSCAR EL PROPÓSITO DEL SEÑOR EN TODO LO QUE SUCEDE.
Pruebas o
sufrimientos inesperados pueden hacernos cuestionar a Dios o sentir como si se
hubiera olvidado de nosotros, pero ha prometido traer bueno incluso de nuestras
peores experiencias (v. 28). Si nosotros entendamos o no, podemos confiar en su
confiabilidad y agradecer Él por el bien que ha prometido producir en nuestras
vidas de acuerdo con a su voluntad.
SER AGRADECIDO NOS
LLEVA A SUJETARNOS A LA VOLUNTAD DE DIOS CUANDO ESTAMOS SUFRIENDO DOLOR Y DOLOR
DE CORAZÓN.
En medio del dolor
físico o emocional, es posible que no sintamos agradecimiento a Dios, pero es
entonces cuando deberíamos empezar a expresarlo verbalmente. Si seguimos
agradeciéndole, eventualmente nuestros sentimientos empezaremos a coincidir con
nuestras palabras. Dios conoce la debilidad del ser humano, nuestras emociones,
nuestro corazón, nuestros pensamientos y entiende que nuestro agradecimiento
puede ser solo palabras al principio, pero honra nuestra obediencia al elegir expresar
gratitud.
SER AGRADECIDO NOS
RECUERDA NUESTRA DEPENDENCIA CONTINUA DEL SEÑOR.
Si cultivamos un
espíritu de independencia, negamos nuestra necesidad de Él y exaltan la
autosuficiencia, los cuales conducen a la ingratitud. En realidad, todos
dependemos de Él para cada respiración que tomar, pero es posible que no nos
demos cuenta hasta que nos enfrentamos a una situación que son impotentes para
superar o cambiar. La adversidad nos muestra nuestra debilidad y nos lleva al
Señor. Un creyente maduro vive en dependencia absoluta de Dios todos los días y
se regocija en su corazón con espíritu agradecido y confiado.
LA GRATITUD NOS
AYUDA A CONFIAR EN EL SEÑOR CUANDO NO ENTENDEMOS POR QUÉ.
Aunque Dios no ha
prometido explicar por qué pasamos por el dolor o dificultades, Él ha prometido
estar con nosotros y capacitarnos para enfrentar eso. El Día de Acción de
Gracias nos recuerda que no tenemos que entender la situación; solo tenemos que
ser obedientes en el proceso.
LA ACCIÓN DE
GRACIAS ES ESENCIAL PARA GOZAR EN MEDIO DE NUESTRO SUFRIMIENTO.
No hay forma de
que podamos "regocijarnos siempre" sin dar gracias en todo (1 Tesal.
5:16,18). Aunque el dolor puede ser tan penetrando que no podemos sentir alegría
en este momento, podemos elegir expresar gratitud con nuestros labios hasta que
se haga realidad en nuestros corazones. Dios escucha y comprende la profundidad
de nuestra agonía al igual que comprendió el dolor de Jesús cuando clamó:
"Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?" (Mateo 27:46).
Aunque sintamos soledad, sigamos adelante en fe y confiemos que Dios responderá
y suplirá, seamos agradecidas.
LA GRATITUD A DIOS NO SÓLO LO HONRA, SINO QUE TAMBIEN ES BUENO PARA NOSOTROS (SAL. 92: 1).
Cuando Dios estableció a los hebreos como su nación, les dio instrucciones muy específicas y detalladas, con respecto a Sus leyes y sacrificios para que supieran cómo Él quería que vivieran. Mediante estas ordenanzas, les enseñó tres verdades importantes:
(1) Dios es Santo
(2) El hombre es
pecador
(3) La obediencia
es esencial.
Viendo todo el
estudio de hoy te invito a cultivar un espíritu de gratitud, a tener un corazón
perdonador, libre de amargura y tristeza y que de todo corazón agradezcas a
Dios cada día por cada detalle que el nos brinda.
Evelyn Calcaño Cepeda
Evelin Calcaño Cepeda, creció en el evangelio, es Consejera Bíblica, del Seminario Universitario Bautista. Cuatro años de Teología en la Universidad FLET. Con Master en Docencia y Gerencia y Gestión Universitaria. Escritora de varios libros. Certificada en Liderazgo Económico, Dirección y Supervisión Escolar. Un año de Maestría en Educación Cristiana. Es parte del Equipo Directivo de la Fundación que inició en el 2007 “Fundación Viviendo Por Principios y Fe”. Ama servir y ayudar a los demás en necesidad. Una de sus pasiones es enseñar y dirigir Proyectos Educativos de Formación y Desarrollo Profesional y otra de sus pasiones es enseñar a otras mujeres. Ha escrito varios libros: Publicados en Amazon. Entre ellos: Principios para Manejar la Soledad, Como Organizar Un Ministerio de Mujeres, Guía Práctica Educativa tres series en Audio y Tres Series en Formato Escrito, Tomo I, II y II. Soltera para la Gloria de Dios. Agradecida del Señor por su Misericordia.
Comprometida con los valores:
Honestidad: “Digo lo que hago y hago lo que digo….”
Integridad: “Lealtad, Rectitud, Honradez, Inocencia”
Comentarios
Publicar un comentario