Queridas
amigas y hermanas, amadas lectoras, importante aun en los momentos más oscuros
acudir al buen pastor.
Quiero invitarte un momento a orar y leer despacio y en actitud de meditación, con fe y esperanza en que nuestro pastor obrara a nuestro favor, el Salmos 23. El es el pastor de nuestras almas.
Antes de entrar a este estudio de hoy, quiero reconocer algunas ideas tomadas de este estudio fueron tomadas del Ministerio Logo I. Por varios años tuve esta página de Ministerio Logo I, como enlace en mi página Web/Blog y estoy segura fue de gran bendición.
Al iniciar este estudio necesitamos tanto el corazón como la cabeza. Los sentimientos importan y entender los hechos también.
-Cuando no puedas dormir por la noche, lee el Salmo 23, y no lo analices. Escucha al Pastor cuando te dice: “Ve a dormir. Me quedaré despierto el resto de la noche y cuidaré de ti”.
-Cuando realmente te hayas equivocado, lee el Salmo 23. Escucha al Pastor que es misericordioso con los pecadores.
-Cuando tengas miedo, lee el Salmo 23. Escucha al Pastor que es tu protector y te dice: “Te cubro las espaldas, así que relájate”.
Eso fue dirigido a tu corazón. Ahora le hablo a tu cabeza: Tres hechos que también tocarán tu corazón del Salmo 23:6, “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días”.
-Uno no funciona sin el
otro.
-El bien te abraza y la
misericordia te perdona… todos los días de tu vida.
La verdad más destructiva que un cristiano puede creer es que los hijos pródigos nunca regresan a casa. Por supuesto que ellos—todos nosotros—lo hacemos.
La verdad más importante
que un cristiano puede pasar por alto es que Dios mata un número ilimitado de
becerros engordados, organiza un número ilimitado de fiestas y tiene un
suministro ilimitado de anillos pulidos y túnicas nuevas para celebrar nuestro
regreso. O como dice mi amigo pastor, Jerry Parries: “Tú te quedarás sin pecado
antes de que Dios se quede sin gracia”.
En este estudio quiero alentar la santidad y mostrándote la única forma en que puedes llegar a ella. Como mujer adulta y, como ustedes, tengo el deseo de agradar a Dios y ser mejor de lo que soy. La diferencia entre tú y yo es que he intentado todo lo que ya has intentado, repetidamente, y nada funciona excepto el Salmo 23:6.
Gracias a Dios, el bien y
la misericordia continúan siguiéndome… y nunca se apartarán de nuestras vidas.
La misericordia es a veces una “misericordia severa”. Y la bondad siempre es bondad para ti… aunque no lo parezca.
Quiero compartir con ustedes el testimonio de alguien: Una vez, un amigo misionero de esta persona, le pidió que orara por su hijo gravemente enfermo. El oro y pidió a otros que oraran. Mi amigo finalmente me llamó y, entre lágrimas, dijo: “Dios es tan bueno. Mi hijo está bien. Luego, después de una larga pausa, agregó: “Si mi hijo hubiera muerto, Dios aún sería bueno, pero me hubiera tomado más tiempo decirlo”.
Lo más difícil de ser cristiano es confiar en Dios en la oscuridad. Ni siquiera seríamos capaces de confiar en Dios si no fuera por la obra sobrenatural del Espíritu de Dios primero.
Puede que estés en un lugar muy oscuro en este momento. Incluso cuando no lo sientes, la bondad y la misericordia te siguen todos tus días.
El
bien y la misericordia son el remedio de Dios para la paranoia y el miedo.
El bien y la misericordia
hacen al cristiano enfrentar cualquier situación peligrosa… y estar en paz.
El fundamento fáctico y
demostrable del Salmo 23:6 es Romanos 8:28, que son paralelos “Y sabemos que a
los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados”.
En griego, “todas las cosas” significa “todas las cosas”, todo sin excepción.
No sé tú, pero yo lucho
con un poco de paranoia cotidiana.
Cuando Jonathan Edwards se negó a atacar a sus críticos, no fue porque no quisiera justicia o reparación de agravios. Fue porque sabía que adoraba a un Dios de justicia y Dios haría un trabajo más completo que él. (Son los “carbones encendidos amontonados sobre sus cabezas” en Romanos 12:20.) Así que decidió confiar en Dios y dejarlo en sus manos.
Habiendo dicho todo eso, si eres cristiana, no tienes que mirar por encima del hombro para ver quién te está ganando. La bondad y la misericordia te están ganando. Así que relájate y descansa. Eres libre de concentrarte en otra cosa.
¿Alguna vez ha mirado en
el espejo retrovisor de su automóvil para descubrir un coche de policía detrás
de usted? No sé tú, pero incluso si conduzco al límite de velocidad y sé que no
estoy haciendo nada malo, automáticamente empiezo a sentirme culpable y
condenado.
En cualquier circunstancia no te siguen la culpa y la condenación, sino los ángeles gemelos de la bondad y la misericordia de Dios, si tienes fe.
El bien y la misericordia son vuestros protectores… y os seguirán todos los días de nuestra vida.
Ha sido alentador para mi escribir este devocional y publicarlo, en momentos de oscuridad, acudamos a Dios y estemos tranquilos por buen momento, solamente confiando en Dios, claro sin evadir nuestras responsabilidades. Siempre animo a las mujeres que enseno, a mantener la calma en toda circunstancia, a mantener el orden, a tener todo en orden, cada área de nuestras vidas, a tener fe, a servir con bondad y misericordia. A perdonar, a bendecir.
Finalmente, quiero invitarte a llevar a cabo el mantener todo en orden y a bendecir con bondad y misericordia.
Evelin Calcaño Cepeda
Comentarios
Publicar un comentario