Amadas hermanas y amigas, queridas lectoras. La Soberana
Gracia de Dios sea con sus vidas.
En nuestro breve estudio de hoy estaremos viendo y
repasando, para algunas que han escuchado sobre Tito 2:3-8, acerca del tema de
cómo debemos ser maestras del bien en un mundo a la deriva, donde hay caos
emocional y espiritual, a pesar de tener buenas estructuras físicas. A pesar de
tener crisis económicas. A pesar de los antivalores crecientes constantemente
en nuestra sociedad y el mundo.
Antes de escribir este tema, quiero dar como testimonio El
Tema de Maestras del Bien y que fui pionera con Doña Carmen quien me invito a
publicar algunos mensajes y ser parte de la organización de este Ministerio de
Maestras del Bien, junto con otras hermanas en Miami, no pude participar del
encuentro, pero si pude enviar mi aporte y contaron con mis oraciones y hasta
ahora ha crecido grandemente y recomiendo a muchas hermanas leer el libro
Maestras del Bien publicada por una de sus Directoras.
Es para mí un honor haber podido
aportar un granito de arena para este ministerio y para este libro y pagina
Web.
Reflexionemos que es ser maestra
Ser maestra o docente es algo muy sublime, y significa ir más allá de ser un trasmisor de información, un facilitador del aprendizaje y, en algunos casos, creador de planificaciones sin contexto. Educar es alumbrar personas autónomas, libres y solidarias, es alumbrar personas en lo personal. Es ser ejemplo, es modelar un buen testimonio, buen comportamiento, es actuar con ética.
Una Maestra del Bien es una mujer cristiana que, lejos de ser perfecta, es una persona completa y tiene una conducta templada e intachable, que le permite instruir a otras bíblicamente, con el propósito de hacer el bien.
Te animo, y te invito a hacer el bien, a vencer con el bien el mal.
Leamos Tito 2:3-8
2:3 Las ancianas asimismo sean reverentes en
su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien;
2:4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,
2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos,
para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
2:6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
2:7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza
mostrando integridad, seriedad,
2:8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no
tenga nada malo que decir de vosotros.
Luego de leer este texto, te invito a orar en silencio pidiendo que seamos
maestras del bien, que Nuestro Gran Dios nos llene de Su Gracia, amor y bondad
y supla nuestras necesidades.
Ahora veamos nuestro breve estudio.
Maestras: como vimos al inicio de
nuestro estudio, ser maestra es estar habilitada y capacitada con los
conocimientos y capacidades necesarias para impartir enseñanza. Es una persona
que está llena de bondad.
La Bondad: Una persona bondadosa se caracteriza por ser una persona que
realiza el bien y promueve todo lo bueno para las personas que se encuentran a
su alrededor.
Como maestras del bien debemos
preguntarnos. ¿A quién debo ensenar?:
- A las mujeres más jóvenes
- A los adolescentes
- A los niños
- A mujeres de todas las edades
- Si eres soltera, puedes ensenar a otras mujeres jóvenes y
niños y niñas
6. Si eres soltera anciana, en el sentido de ser madura en El
Señor, emocional y espiritualmente, si estas capacitada, puedes ensenar a otras
mujeres de todas las edades.
Características de una Maestra
del Bien:
- Prudentes
- Castas
- De buen Testimonio
- Serviciales
- Discretas
- No calumniadoras ni murmuradoras
- Productivas
- Ordenadas y organizadas
- Maneja su presupuesto
- Es responsable ante sus deudas
- Respetuosas
- Preparadas Académicamente
Otras Características personales
importantes basadas en los frutos del Espíritu Santo de Dios
- Afables
- Nobles
- No Calumniadoras
- Trabajadoras y esforzadas
- Mujeres de oración
- Productivas
- Que sirven a los demás y hacen obras de misericordia
Como Aprendo a ser una Maestra
del Bien
1.
Estudiando
La Palabra
2.
Teniendo
tiempo de oración
3. Dejándonos guiar por La Palabra, por Dios y Su Espíritu Santo
4. Por nuestras autoridades: Padres si somos solteras, esposos si somos casadas, jefes y superiores si los tenemos como empleadas, pastores en nuestras iglesias, pero por sobre todas las cosas debemos obedecer a Dios
Te animo y te invito a ser parte de la respuesta de Dios a la oración de
otras mujeres a ser parte del plan de Dios para otras vidas. Oremos por otras
mujeres.
Para mí es importante animarte y exhortarte a tener ese tiempo especial de oración,
tiempo especial con La Palabra de Dios y a no dejar de congregarte.
Fielmente en Cristo,
Evelin Calcaño Cepeda
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