Antes de iniciar la lectura de este estudio, te invito a orar, a meditar y reflexionar un momento. Te invito a leer cada cita Bíblica y te invito a reflexionar sobre tus deudas, compromisos financieros y sobre tus necesidades. Oremos con todo el corazón y en fe para que Dios nos bendiga, abra puertas y nos provea. En el Nombre de Jesús
Confiarle a Dios nuestro
dinero significa priorizar cuánto podemos dar, no cuánto podemos quedarnos
Todos necesitamos una
cierta cantidad de dinero para satisfacer las necesidades básicas, como
alimentos, vivienda, ropa y algunas necesidades importantes y vivir con dignidad,
pero con humildad y sencillez, también vacaciones y algún entretenimiento y diversión
familiar. Pero pocas personas están satisfechas con lo esencial. Muchos de
nosotros hemos sido bendecidos con mucho más que meras necesidades, gracias a
que Dios nos suministró abundantemente cosas buenas para disfrutar (1
Timoteo 6:17). Sin embargo, debemos guardarnos de fijar nuestros
corazones, mentes y esperanzas en las posesiones terrenales en lugar de en el
Señor.
Ganar el dinero para
mantener nuestro estilo de vida deseado puede parecer una idea razonable, pero
vivir para maximizar el poder adquisitivo es una filosofía egocéntrica, no
centrada en Dios. Mientras que el mundo aboga por acumular más para uno mismo, el
Señor nos instruye a hacer el bien con nuestra riqueza y a compartirla con los
demás.
En lugar de centrarnos en
cuánto podemos conservar, es mejor pensar en términos de cuánto podemos regalar,
compartir. Dios ha prometido suplir nuestras necesidades (Filipenses
4:19),
pero a menudo prodiga mucho más que lo básico. Y Él se deleita en ver a Sus
hijos compartiendo gozosamente lo que Él les ha dado (2
Corintios 9:6-7).
Al hombre natural le
parece ilógico negarse a sí mismo y tener menos dinero. Pero lo contrario es
cierto para los hijos de Dios. Cuanto más de cerca sigamos Su forma de
administrar el dinero, mayor será nuestra satisfacción y sentido de seguridad y
sanidad.
Debemos aprender y
practicar la verdad, debemos y es mi oración y deseo que oremos por nuestras
finanzas, que honremos a Dios con nuestras finanzas, debemos esforzarnos a no
endeudarnos, aunque la inflación nos ataque y abrume, y nos afecte, aunque
tengamos que pagar deudas dos veces por mala administración y malos entendidos
del devorador de nuestras finanzas y de las instituciones a las cuales le debamos
como las tarjetas de crédito o algún prestamos ya pagado. El dinero es una bendición
cuando lo usamos bien.
Oremos por nuestras
finanzas, bendigamos nuestras finanzas, honremos a Dios dando y sirviendo.
Tengamos presente que debemos tener nuestro presupuesto y ser de testimonio. He
aprendido a no envolverme en deudas, pero si tener todas mis necesidades cubiertas.
He compartido en la Web mi testimonio de finanzas y actualmente estoy
enfrentando unas deudas pagadas que me están cobrando nuevamente y una deuda
que si tenía pendiente. Cada vez más aprendo que no debo amar el dinero, aunque
si reconozco que es necesario para vivir y tener una vida digna. Dios ayúdanos
a honrarte y a no amar el dinero más que a usted Padre Celestial que es el
dador.
Dios es un Dios de orden,
no quiere extravagancias, porque es un Dios que, aunque todo le pertenece, ama
la humildad y ama al dador alegre, que sirve, que ayuda al necesitad y que se
administra bien.
Te animo a amar a Dios
por sobre todas las cosas. A ser una mujer buena administradora, una mujer
honrada, una mujer digna, organizada. No seamos interesadas sino más bien
humildes.
No amemos el dinero, más
bien seamos temerosas de Dios, amemos a Dios el dador. Raíz de todos los males
es el amor al dinero. Cuando seamos bendecidas económicamente, seamos
agradecidas y bendigamos a otros, mantengamos un buen presupuesto organizado y
seamos humildes, prudentes.
1 Timoteo 6:10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la
fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” El Señor no quiere que estemos
atados a nada en esta tierra.
Finalmente, quiero expresar que puedo
hablar mucho sobre las finanzas, pero en esta ocasión solamente quiero que
reflexiones sobre el estudio de hoy y sobre lo que tú piensas del dinero. SI
deseas alguna consejería, consulta, estamos orando para seguir ayudando,
mientras oro por mis propias finanzas, por provisión para enfrentar las deudas
y las situaciones de injusticia que se nos presenta para que podamos tener un
buen testimonio limpio en esta área tan delicada, de la cual dependemos para
vivir con dignidad.
Evelin Calcaño Cepeda
Consultora
Educativa, M. Ed.
Master
en Docencia y Gestión Universitaria
Consejera
Bíblica Certificada
Certificada
en Mayordomía Financiera
Escritora
y Editora
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