Para ver esta segunda parte, leamos Juan 1:9-13
1:9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
venía a este mundo.
1:10 En el
mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
1:11 A lo suyo
vino, y los suyos no le recibieron.
1:12 Mas a
todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios;
1:13 los cuales
no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de
varón, sino de Dios.
En nuestro primer punto expusimos el conocimiento requerido para
convertirse en cristiano. Ahora, veamos los elementos restantes de la fe
salvadora: convicción y confianza.
El conocimiento de Jesús debe ir acompañado de la confianza de que los
hechos se aplican a nosotros personalmente.
Primero, debemos reconocer la verdad de que he quebrantado la ley de
Dios, y eso me hace pecador.
Segundo, reconocemos que ninguno de nuestros esfuerzos puede ganar Su
favor.
Tercero, estamos de acuerdo en que Jesús murió por cada uno de nosotros
y pagó por nuestros pecados, sin importar cuán terribles puedan ser las
transgresiones.
Cuarto, creemos que este pago por nuestras malas acciones es
completamente suficiente; no se necesita nada más.
Finalmente, aceptamos por fe que hemos sido adoptados en la familia de
Dios. La invitación se extiende a toda la humanidad. Y me identifico con la
parte de que todos somos llamados por Dios a venir Cristo, no importando la condición en la
que te encuentres, pero quiero resaltar que me identifico con las personas
que sinceramente cambian de vidas para ser como Cristo y aceptar su salvación
y ser diferentes, cuando veo eso en algunas personas, creo en el poder de
Dios y me da gusto ayudarles, si vienen a Cristo con sinceridad.
Una vez que estamos convencidos de que Jesús es nuestro Salvador, la
confianza se demuestra a través de la acción. Como “nuevas criaturas” (2 Cor. 5:17), tendremos una perspectiva fresca y valores diferentes. Jesús,
nuestro Señor, ahora tiene autoridad sobre nuestra vida, y solo Él merece
ser nuestra máxima prioridad. Él sabe lo que agrada al Padre y ha enviado
Su Espíritu para vivir en nosotros y enseñarnos.
¿Le falta conocimiento, convicción o confianza? Si es así, pídele al
Padre que te ayude a llegar a la verdadera fe salvadora.
Evelyn Calcaño Cepeda
|
Comentarios
Publicar un comentario