Les invito a leer Juan 14:16-18 y luego tener un tiempo de oración pidiendo al Espíritu Santo que nos llene, nos ilumine, nos aconseje.
14:16 Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre:
14:17 el
Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni
le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros.
14:18 No os
dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
¿Alguna vez deseaste una línea telefónica de emergencia que sonara en
el cielo? La verdad es que tenemos algo mucho mejor. El Espíritu Santo vive
dentro de nosotros para ser nuestro ayudante en cada situación.
La noche antes de Su crucifixión, Jesús advirtió a los discípulos que
estaba a punto de partir. La noticia los confundió y asustó, aunque no era
la primera vez que hablaba de su muerte. Pero el Señor ofreció a Sus
seguidores la seguridad de que les enviaría otro Consolador.
En este pasaje, la palabra griega para “otro” significa “uno de la
misma clase”, lo que significa que el nuevo Consolador sería como el Hijo
de Dios, un ser divino. Como prometió, el Espíritu de Dios vino a morar en
los seguidores de Cristo en Pentecostés ( Hechos
2:1-4 ).
Sin el Espíritu Santo, nunca podríamos vivir la vida cristiana. Por eso
Jesús les dijo a los discípulos que retrasaran la difusión del evangelio
hasta después de la llegada del Espíritu Santo. Nuestro Ayudador no solo
fortalece la obediencia, sino que también nos enseña, guía, intercede,
consuela, transforma y nos regala para el servicio. Cada vez que nos acosan
tiempos difíciles o tentaciones, Él nos brinda fortaleza, resistencia,
esperanza y aliento. Somos tan privilegiados de tener un Ayudante divino
que nos ayuda personalmente cada minuto de cada día.
Doy gracias a Dios porque el Espíritu Santo es con toda autoridad parte
de la Trinidad Divina, es nuestro Consolador, nos habla, nos dirige, nos
corrige y aunque nos sintamos solas y no tengamos personas alrededor o no
la sintamos, Dios están con nosotras, Nuestro Consolador esta con nosotras,
Jesucristo es Nuestro Salvador y el Espíritu Santo Nuestro Consolador.
Te invito a que nos refugiemos en La Palabra de Dios, que oremos de
rodilla y busquemos el rostro de Dios, mientras mantenemos el orden en nuestras
vidas, seamos productivas, trabajadoras, esforzadas y hagamos el bien.
Dejemos la murmuración, la contienda, las calumnias, andemos en la verdad,
hablando la verdad, teniendo misericordia. Actuemos con amor.
Fielmente en Cristo,
Evelyn Calcaño Cepeda
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