Amadas lectoras, hermanas y amigas, continuamos con nuestra serie de Mujeres de la Biblia, en esta ocasión escribimos y publicamos sobre la vida de Ruth, un ejemplo a seguir. Te invito a tomar un tiempo especial ya solas con Dios, a orar, leer cada cita Bíblica, y tomar algunas notas para aplicar a tu vida.
Quiero resaltar que parte de este estudio es tomado de Got Questions Ministries, tambien de la Biblia y algunas ideas de quien suscribe, Evelyn Calcaño Cepeda
Rut
no era Israelita, pero se ganó un lugar entre el pueblo de Dios por su
dedicación a Dios y por el amor a su suegra. Ella abandonó su casa y su familia
para servir a Dios. Rut era trabajadora y respetuosa. Conquistó el corazón de
Booz y fue la bisabuela del rey David.
Pero
Rut respondió:
―¡No
insistas en que te abandone o en que me separe de ti!
Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas.
Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.
Rut 1:16
Rut fue "de las
mujeres de Moab", Se había casado con el hijo de una familia Israelita
mientras estaban viviendo en la tierra de Moab, pero su suegro, su marido y el
único hermano de su marido, murieron. Rut tuvo que tomar la decisión de
permanecer en Moab, que era su hogar, o ir con su suegra Noemí, a Judá, una
tierra que ella nunca había conocido.
Rut amaba a su suegra y tuvo gran compasión por
ella, viendo que no sólo había perdido a su marido, sino además a sus dos
hijos. Orfa, la cuñada Rut, tomó la decisión de quedarse con su pueblo en la
tierra de Moab, pero Rut no podía soportar el apartarse de Noemí o del Dios de
Israel que había llegado a conocer. Juntas, Rut y Noemí hicieron un viaje de
regreso a Judá, a la ciudad de Belén, donde decidieron radicarse. El testimonio
de Rut se extendió, y Booz, el propietario de un campo cercano, escuchó de su
fidelidad, como se registra en Rut 2:11-12: "Y respondiendo Booz, le dijo:
He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu
marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has
venido a un pueblo que no conociste antes. El Señor recompense tu obra, y tu
remuneración sea cumplida de parte del Señor Dios de Israel, bajo cuyas alas
has venido a refugiarte".
La costumbre de Israel era que un hombre tenía
que tomar la esposa de su hermano fallecido, a fin de continuar la línea
familiar. Ya que el único hermano del esposo de Rut también había fallecido,
ella y Noemí tendría que cuidarse por sí mismas. Rut salía cada día a recoger
espigas en los campos para conseguir alimento para ella y Noemí. Encontró trabajo
en el campo de Booz, no sabiendo que era un pariente de Noemí. Cuando Booz
regresó a su casa, se dio cuenta de Rut y le preguntó al mayordomo quién era
ella. El mayordomo le dijo a Booz acerca de la fidelidad de Rut con Noemí y de
su duro trabajo en los campos. Booz le dijo a Rut personalmente que
permaneciera en sus campos y estuviera cerca de las otras criadas, y también
diciéndole que había advertido a los criados que no la molestaran, e
invitándola a beber del agua que los criados habían sacado cada vez que tuviera
sed (Rut 2:8-9). Rut respondió con humildad y agradecimiento, preguntando por
qué había hallado gracia delante de él, una extranjera, momento en el cual Booz
le dijo que él había oído de todo lo que había hecho por su suegra (Rut 2:10-13).
Booz siguió mostrando su cortesía, ofreciendo una comida para ella e
instruyendo a sus segadores que voluntariamente dejaran algo de grano para que
ella lo recogiera (Rut 2:14-16).
Cuando Rut le dijo a Noemí donde había espigado,
Noemí se puso feliz y le dijo a Rut que Booz era un pariente cercano, un
pariente de Elimelec, el marido de Noemí; por lo tanto, Booz estaba calificado
para ser aquel que podía redimir a Rut. Era de suma importancia en Israel el
perpetuar el nombre de cada familia de Israel, por lo tanto, esto le dio a Rut
el derecho de apelar ante Booz para desempeñar esa función. Noemí animó a Rut
para que siguiera espigando en los campos de Booz, cosa que ella hizo hasta que
se acabó la siega de la cebada y la del trigo (Rut 2:18-23).
En la cosecha de la cebada, Noemí le sugirió a
Rut que fuera donde Booz mientras él separaba la cebada, y esencialmente para
pedirle que fuera su pariente para redimirla. Rut tenía una mente abierta y un
espíritu enseñable, así que ella escuchó a su suegra e hizo como le había
pedido (Rut 3:2-5). Rut siguió las instrucciones de Noemí al pie de la letra.
Booz respondió favorablemente, pero conocía a un pariente varón que era más
cercano que él y sería el primero en la línea para redimir a Rut y los bienes
de su familia. Le consultaron a ese hombre antes de que Booz pudiera tomar a
Rut como esposa. Al día siguiente, Booz se reunió con el otro pariente, que
legalmente renunció a todos sus derechos a la propiedad de Noemí y Rut.
Rut y Booz pronto se casaron y tuvieron un hijo
llamado Obed. Las mujeres de la tierra se alegraron, viendo la fidelidad de
Dios y diciéndole a Noemí, "Loado sea el Señor, que hizo que no te faltase
hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de
tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y
ella es de más valor para ti que siete hijos" (Rut 4:14-15).
Rut confió en el Señor, y Él recompensó su
fidelidad, dándole no sólo un esposo, sino además un hijo (Obed), un nieto
(Isaí) y un bisnieto llamado David, el rey de Israel (Rut 4:17). Además de
estos dones (Salmo 127:3), Dios le dio a Rut la bendición de estar en la lista
en el linaje de Jesús (Mateo 1:5).
Rut es un ejemplo de cómo Dios puede cambiar una
vida y llevarla en una dirección que Él ha pre-ordenado. Vemos a Dios llevando
a cabo Su plan perfecto en la vida de Rut, así como lo hace con todos Sus hijos
(Veamos Romanos 8:28). Aunque Rut provenía de un trasfondo pagano en Moab, una
vez que conoció al Dios de Israel, se convirtió en un testimonio vivo para Él
por fe. Aunque vivía en circunstancias humildes antes de casarse con Booz, ella
creía que Dios era fiel para cuidar de Su pueblo. Además, Rut es un ejemplo
para nosotros del trabajo duro y de fidelidad. Sabemos que Dios recompensa la
fidelidad: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario
que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que
le buscan" (Hebreos 11:6).
Seamos mujeres de fe, mujeres valientes, esforzadas, fieles, actuemos con humilde, seamos productivas, tengamos fe…Siempre hay esperanza. Muchas veces me he sentido como Ruth, trabajando duramente, esforzadamente, siendo humilde, trabajando para el Señor y sirviendo a mi familia de acuerdo a mis fuerzas.
Consejera Bíblica Certificada
Certificada en Teología Universidad FLET
Master en Docencia y Gerencia Universitaria
Certificada en Metodología de la Investigación
Escritora y Editora de Libros Cristianos para Mujeres y
Libros Educativos
Directora Ejecutiva Fundación Viviendo por Principios y Fe
República Dominicana
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