Amados lectoras y lectoras, hermanas y amigas. Como parte del programa de mis publicaciones estamos publicando cada miércoles y viernes para el área educativa y para las familias. Hoy estaremos publicando algunos principios a tomar en cuenta para el inicio de las clases.
Te animo a orar en este momento y leer La Palabra y luego leer nuestra publicación de hoy, anímate a organizarte y planificarte para este inicio de nuevo ano escolar. Nuestros hijos deben ser una gran prioridad en nuestras vidas. Dios es fiel, verdadero, bueno y nos ha dado a los hijos como herencia para que los cuidemos e invirtamos bien en ellos. Oremos por ellos.
Para muchos niños y jóvenes, iniciar un año escolar resulta ser una actividad estresante, sobre todo cuando se cambia de escuela o de ciudad, complicando la adaptación de los mismos en los centros educativos e influyendo en su autoestima; en este sentido, los padres y maestros juegan un papel primordial en su evolución en esta nueva etapa de desarrollo.
La psicopedagoga, Kenia Aquino, afirma que el primer día de clases puede
ser traumático para un niño, si previamente no se ha hecho una preparación
para vivir ese proceso. El infante podría sentirse malhumorado, llorar e
incluso no querer separarse de sus padres y quedarse en la escuela, esto se
puede dar en cualquier edad, en especial en niños pequeños y de edad
intermedia.
Scarlet Reyes, profesora de nivel básico, explica que en su experiencia
es normal ver a niños llorar el primer día o hasta la primera semana de clases
y que esto ocurre mayormente en los que tiene de entre 2 a 6 años. Los
estudiantes de media les es más fácil integrarse al colegio, aunque algunas
veces no sientan mucha motivación y prefieran quedarse en casa. Es por esa
razón que debemos animarlos y orientarlos a integrarse para la preparación de
su futuro.
Miedos
Aquino expone que es normal sentir temor ante una situación desconocida,
razón por la cual, para los menores, esto resulta una experiencia difícil.
Manifiesta que el hecho de llegar a la escuela y ver a otros niños llorar y
que no quieren estar ahí, aumenta el sentimiento de inseguridad y los pone
tristes.
Añade que muchos son apegados a sus padres, principalmente a la madre,
y pueden sentirse indefensos al saber que son dejados en la escuela con
personas desconocida y que sus tutores no estarán ahí.
Quiero resaltar, como maestra y en mi experiencia como Coordinadora de
Bachillerato, yo Evelyn Calcaño que os estudiantes de media son encantadores e
independientes y es muy recomendable tratarlos con amor, buena dirección y
motivarlos a seguir preparándose académicamente tomando amor a sus estudios y
haciendo el compromiso de ser productivos, lo cual los preparara para la vida.
Adolescentes
A pesar de conocer el sistema educativo, el adolescente también puede sentir
incomodidad durante el regreso a clases. Esto se debe a que el nivel secundario
implica una mayor responsabilidad y el joven lo sabe, porque el adulto suele
expresarlo con frecuencia, según establece Aquino.
Dice que también pueden sentirse nerviosos ante lo inesperado, porque
no saben si podrán salir adelante con la carga que implica estar en ese nivel.
En esa línea, Yesenia Cabrera, colega y maestra de nivel secundario,
detalla que algunos de los causantes de inseguridad en los alumnos pueden
ser: la aceptación de los nuevos compañeros, el cambio de docentes y
prejuicios sobre los contenidos que se tratarán. Por esa razón les animo a
seguir adelante y motivar a sus hijos hacia el compromiso de su preparación
para el futuro.
Padres
La actitud de los padres juega un papel importante en la forma en la que se
desenvolverán sus hijos; algunos de ellos se tornan tristes por la separación
y el infante puede malinterpretar ese sentimiento, pensando que sus padres lo
van abandonar en un lugar terrible.
Aconseja a los padres mantenerse calmados y tratar de asumir la entrada
del niño o adolescente a la escuela como un proceso natural, puesto que como lo
asuman ellos va a depender mucho la actitud del niño ante la situación.
Para los adolescentes, la adaptación va a depender de los padres
también. Si cuentan con su apoyo y les ofrecen ayuda, el adolescente tendrá
confianza al asistir a la escuela, en cambio, si los padres se dedican a
presionarlos o repetir que es un grado complicado, es posible que el
adolescente esté inseguro, por esa razón les motivo a seguir adelante en el
acompañamiento de la preparación de sus hijos. Motívele a trabajar con esfuerzo
y dedicación a sus hijos.
Para concluir es importante trabajar la autoestima de los niños y adolescentes para que se sientan más seguros al enfrentar cualquier reto en la vida. Se debe evitar hacer comentarios negativos sobre el colegio o sobre el grado al que asistirá el niño o adolescente. Además, darles independencia para que se sientan capaces de lograrlo por sí solos. Crear una atmosfera de respeto y mantener la comunicación: padres, estudiante, adolescentes y maestros, colegio.
Consejera Bíblica Certificada
Certificada en Teología Universidad FLET
Master en Docencia y Gerencia Universitaria
Certificada en Metodología de la Investigación
Escritora y Editora de Libros Cristianos para Mujeres y
Libros Educativos
Directora Ejecutiva Fundación Viviendo por Principios y Fe
República Dominicana
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