Un hombre he hallado entre mil, pero una mujer no he
hallado entre todos éstos’” (Eclesiastés 7:27-28).
¡Que desafío ser esa mujer entre miles, una mujer cuyo
corazón y vida se consagra a Dios!
UN DESAFÍO PARA LA DIRECCIÓN:
Dios quiere que las mujeres tengan dirección en la vida, que vivan con propósito divino, que vivan para servir. La Biblia Amplificada nos desafía y nos dice:
“El Señor da la palabra de poder; las mujeres que
llevan y publican las noticias son grandes organizadoras” (Salmos 68:11,
Traducción de La Versión Amplificada).
Muchos de los propósitos de las mujeres, puestos por
ellas mismas, no son eternos. Ellas establecieran metas para el matrimonio, la
educación, y una profesión. ¿Pero cuando esto se ha logrado, es lo que
permanece para dar propósito al vivir cada día en nuestras áreas? Dios desafía
a las mujeres a vivir con dirección, con la dirección de Dios, de Su Palabra. Dios
nos anima y yo te animo a tener dirección en tu vida. Si eres ama de casa,
estudiante, o profesional, si trabajas fuera de casa, si eres encargada de un
ministerio, debes involucrarte en llevar el Evangelio al mundo. Si usted vive en
una ciudad, pueblo, o en una tribu remota, usted puede ser parte de la
comunidad de mujeres nacional o internacional de mujeres que tienen la meta
común: Proclamar las buenas noticias de Jesucristo, desde nuestra casa,
iglesia, ministerio y trabajo.
UN DESAFÍO PARA LA DISCIPLINA:
Dios habló a las mujeres a través de Isaías con un desafío especial:
“Oh mujeres indolentes, levantaos; oíd mi voz. Oh
hijas confiadas, escuchad mi palabra” (Isaías 32:9).
Lea el mensaje entero de Dios en Isaías 32:10-20. Este
pasaje fue escrito en un
momento en que un ejército invasor estaba a punto de
invadir a Judá como el castigo por sus pecados, pero es aplicable a cualquier mujer
que ponga su corazón en el mundo y en sus placeres. Las mujeres a quien Dios
habló eran indolentes y confiadas porque ellas tenían dinero y felicidad. Ellas
se volvieron de Dios a los placeres del mundo. El país y las ciudades en que
ellas vivieron deberían ser destruidas brevemente, pero ellas estaban desprevenidas
del desastre inminente.
El mismo desafío fluye de Dios a las mujeres hoy. Muchas son confiadas y han llenado sus vidas con los placeres temporales, con vanidades, con materialismo, con egoísmo y muestran indolencia. Ellas están inadvertidas del juicio que está viniendo sobre el mundo y no toman en cuenta que personas alrededor de ellas enfrentarán una eternidad sin Cristo. Las mujeres cristianas viven confiadas mientras sus naciones caen bajo revoluciones ateas. Ellas disfrutan de los placeres del mundo mientras los ateos toman el control del gobierno. ¡El mensaje de Dios a ellas es, “Levántense!” A través del Profeta Isaías, Dios les dijo a las mujeres que sus tierras, casas, y campos serían destruidos. Todo lo que era mundano y temporal, todo lo que ellas asieron sería destruido. La única manera de ellas evitar este juicio era levantarse en el Nombre de Dios, sacudirse de su propia comodidad, y escuchar y actuar basadas en el mensaje de Dios. Desgraciadamente, las mujeres de Judá a quien este mensaje fue dado no obedecieron. El juicio vino, y las ciudades fueron destruidas como Dios había advertido.
Pero había una promesa de esperanza. Después del juicio, el Espíritu de Dios sería derramado:
“Cuando sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo
Alto, y el desierto se transforme en un campo fértil, y el campo fértil sea considerado
bosque, entonces habitará el derecho en el desierto, y la justicia se
establecerá en el campo fértil” (Isaías 32:15-16).
A través del poder del Espíritu Santo la tierra
desierta se volvería un campo fructífero que experimentaría tal crecimiento que
se volvería un bosque. Aunque Dios puede castigar, Él volverá a derramar Su
Espíritu sobre lo que Él juzga. Del desierto fluirá una cosecha abundante.
Si mujeres que son confiadas reciben este desafío para la disciplina y escuchan al Señor, ellas no serán castigadas. Si usted reconoce su condición espiritual, su preocupación por las cosas de este mundo, y confiesa sus pecados, Él la perdonará.
Pero el mensaje se extiende más allá de la aplicación personal. La renovación espiritual podría prevenir el juicio sobre su vida, su familia, sus relaciones y sobre la nación entera. Dios habló a las mujeres de Judá para liderar esta renovación espiritual.
Dios estaba diciendo, “Si usted mujeres escucharen mi advertencia, levántense y tomen acción, pues ustedes pueden prevenir el juicio sobre su nación...”.
El llamado a las mujeres corre a lo largo del mundo hoy... “Levántense, mujeres que están confiadas... oigan mi voz... dé oídos hacia mi discurso”.
¡Abandonen los placeres mundanos!, dejen el individualismo,
el egoísmo, la independencia, dejen el materialismo, la murmuración, el
aislamiento. ¡Renuévense espiritualmente! ¡Muevan a sí mismas y oren por sus
familias, su ministerio, su iglesia, sus naciones para que el juicio de Dios no
venga sobre nosotras!
El domingo, la esposa del pastor dirigido un tiempo especial y nos invitó a todos a estar de rodillas humilladas y humillados, literalmente nos invitó a estar de rodillas, humillándonos, pidiendo perdón, entregando nuestras vidas a Dios, haciendo y renovando compromisos y pactos de fidelidad, limpiando nuestro corazón para que Dios nos levante y limpie nuestras vidas y era mi oración que Dios derramara Su Gracia sobre nosotros, que nos liberara de todo mal y que derramara un espíritu de orden en nuestras vidas y que al levantarnos de estar de rodillas sintiéramos La Presencia Misma de Dios y Su Fortaleza para seguir adelante, con gozo y en obediencia.
Te animo hermana y amiga a levantarte y a que tratemos de ser una diferencia en este mundo que nos rodea. Procuremos levantarnos y mantener un fiel testimonio que agrade a Dios y que sea de bendición a otros.
Te animo, y te invito a tener un tiempo especial de oración por unos minutos, pidiendo a Dios que te levante y te muestre la dirección que debes seguir, fielmente y en obediencia, con testimonio.
Tu amiga y hermana,
Gracia y Paz
Evelyn Calcaño Cepeda
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