Antes de iniciar nuestro estudio de hoy leamos Salmo 51:1-12 y oremos.
Todo ser humano tiene un problema de pecado. Perdemos los estribos, cometemos errores y abrigamos motivos egoístas, pero Dios ofrece perdón a todos los que lo acepten. Y sin embargo, a muchos creyentes les resulta imposible perdonarse a sí mismos. ¿Por qué?
Primero, a veces luchamos con el
perdón propio porque nos resulta difícil aceptar el perdón de Dios. La culpa
puede eclipsar el enorme regalo del perdón y la restauración que nuestro Padre
ha proporcionado gratuitamente. Podemos pensar, lo que he hecho es
demasiado terrible para que Dios me perdone, pero eso nunca es cierto.
(Véase Tito 2:14)
En segundo lugar, la decepción
personal puede impedirnos perdonarnos a nosotros mismos. Si tenemos estándares
ridículamente altos y autoimpuestos para nuestro comportamiento, el no
cumplirlos puede hacernos sentir decepcionados e indignos de perdón.
En tercer lugar, ver los resultados
de nuestro pecado puede mantener viva la culpa en nuestra mente. Es decir, si
nuestras malas acciones producen una consecuencia negativa tangible, es posible
que nos resulte difícil perdonarnos a nosotros mismos.
¿Estás albergando remordimiento por
un pecado de tu pasado? El perdón de Dios está disponible ahora (1 Juan 1:9). Cristo dio su vida para hacerte
libre, así que no te quedes encadenado voluntariamente. Estás
invitada a perdonarte por lo que Dios ya ha perdonado ( Gálatas 5: 1 ). Vamos a revisarnos, a reconocer nuestras debilidades, a afianzarnos y refugiarnos en las promesas de Dios en Su Palabra, a perdonarnos y seguir adelante en FE. Dios nos ama, sigamos luchando y perseverando en Dios, haciendo el bien, esforzándonos en ser completas en Dios, perfectas. Vayamos a La Palabra y leamos en oración estas Citas Bíblicas y pidamos a Dios que nos ayude a andar rectamente.
2 Corintios 12:9
Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien
en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
Hebreos 2:10
Porque convenía que aquel para quien son todas las
cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria,
hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de
ellos.
Salmos 18:32
El Dios que me ciñe de poder, y ha hecho perfecto mi
camino?
Hebreos 12:23
A la asamblea general e iglesia de los primogénitos
que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los
espíritus de los justos hechos {ya} perfectos,
Hebreos 11:40
Porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, a
fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros.
Mateo 19:21
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve {y} vende
lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven,
sígueme.
Mateo 5:48
Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre
celestial es perfecto.
Santiago 1:4
y que la paciencia tenga {su} perfecto resultado, para
que seáis perfectos y completos, sin que {os} falte nada.
El desafío
de perdonarnos a nosotros mismos
Por favor leamos Salmo 32
Ayer, consideramos por qué las
personas no se perdonan a sí mismas por sus malas acciones. Hoy, veamos las
preguntas que debe hacerse cuando lucha contra la autocondena.
1. ¿Por qué debería seguir condenándome
a mí mismo cuando Dios ya no me condena?
2. ¿Mi autocondena está afectando mi
relación con Dios? ¿Qué pasa con mis relaciones con otras personas? ¿Cómo es
eso?
3. ¿Qué beneficio tiene negarme a perdonarme a mí mismo?
4. ¿Me encuentra el Señor más devoto debido a mi culpa y vergüenza?
5. ¿Existe alguna base bíblica para retener el perdón a uno mismo?
6. ¿Cuánto tiempo tengo la intención de condenarme a mí mismo? ¿Qué debe
pasar para que finalmente me perdone a mí mismo?
Cuando enfrente la duda y el
remordimiento, concéntrese en lo básico de quién es Dios y lo que quiere para
su vida. Con espíritu de oración, considere estas seis preguntas. Léalas en voz
alta y dedique tiempo a reflexionar sobre cada una de ellas. Incluso puede
escribir un diario o repasar sus pensamientos en oración mientras el Señor
habla. No se alarme si se encuentra luchando con algunas de las respuestas.
Recuerde, Dios quiere ayudarnos a renovar nuestra perspectiva y promete estar
con nosotros mientras enfrentamos nuestra culpa.
Dios nos está invitando a limpiar
nuestra casa, nuestro interior, nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestra habitación
físicamente, nuestro hogar y nuestra iglesia. Dios nos está invitando a poner
orden en nuestra área de trabajo. A ponernos a cuenta con Jesucristo, Nuestro
Pastor. A poner en orden cada área de nuestra vida. Reflexionemos, hagamos una lista de aquellas cosas que debemos dejar atrás y una lista de debilidades que podemos identificar en nosotros para trabajar y dejar y una lista de personas que debemos personar. Somos la niña de los ojos de Dios, somos preciadas para Dios, levantémonos y sigamos adelante y perdonémonos luego de nuestra evaluación y sintamos el amor de Dios, Su Gracia y SU amor este con nosotras cada día y a cada instante.
Animo, amiga y hermana. Aunque
pasemos por tiempos difíciles, de soledad, de rechazo, decepciones de algunas personas,
algún ataque, busquemos de Dios y hagamos el esfuerzo por perdonar y bendecir, guardemos
silencio y esperemos en Dios, limpiemos nuestro corazón.
La Soberana Gracia de Dios sea con
tu vida.
Fielmente en Cristo,
Gracia y Paz,
Mi deseo y mi oración para ustedes es la siguiente:
Números 6:24-26 Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Comentarios
Publicar un comentario